Padres primerizos y los castigos

Aprender a ser padres es la tarea más empírica que tiene el ser humano sea de la religión que sea u profesión que tenga

Aprender a ser padres es la tarea más empírica que tiene el ser humano sea de la religión que sea u profesión que tenga; esta etapa de vida es una de las más hermosas, pero arriesgadas del hombre y de la mujer.

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Errores más comunes de padres primerizos

Pese a que muchos piensan que los castigos son necesarios y efectivos para criar a un niño/a, esta idea es algo equivocada. La psicología moderna ha demostrado que los castigos son menos útiles de lo que las personas creen, más que nada con los niños.

De acuerdo con la psicóloga Silvia Álava Sordo, el objetivo de la educación es consolidar las buenas conductas de los niños eliminando los malos comportamientos, sin embargo, eso no se consigue con castigos largos y estrictos. Para una buena convivencia los padres deberían optar por el refuerzo, es decir, que el niño tenga más atención de sus progenitores.

Según Álava, como el castigo está ligado a una “buena educación” muchos padres, especialmente los primerizos, llevan esta situación al extremo sin darse cuenta que la actitud del niño/a, en algunos casos, empeora más y más. Entre los errores más comunes están:

  • Imponerle al niño castigos de mucha duración. El niño pensará que sus padres no le dan la oportunidad de mejorar y por ende no hará ningún esfuerzo por hacerlo; pensará que como ya está castigado ¿para que esforzarse en actuar bien?
  • Castigar al niño quitándole todo lo que le gusta es una forma errónea de “educar”, si se pone a pensar, en el momento que el niño se porte bien, ¿con qué lo reforzará o premiará? Si todo lo que le da se lo quita. Todos los días hay que darle la opción de conseguir el objetivo.

Consigue un castigo efectivo

Ocurre en pocos casos, pero ocurre, un castigo efectivo es aquel que se acerca mucho a lo que queremos cambiar de nuestros hijos, es decir, si el niño ama la pintura no lo podemos castigar quitándole esa actividad, ya que se le haría un mal, pero si por ejemplo él no para de jugar con su Play Station o con su Xbox si podrían quitarle esa actividad, ya que no es del todo productiva. Los castigos deben ser cortos y determinantes, es decir, si los impone no puede dar su brazo a torcer; la madre y el padre deben pensar muy seriamente qué castigo imponer sin dañar las habilidades y conductas del niño.

Los padres al igual que los hijos aprenderán en grupo qué es lo que está mal y qué es lo que está bien. Si quieren que sus hijos hagan lo que ellos quieren, es decir, se porten bien, deben conocer los intereses de sus hijos, a veces los padres tienen un concepto muy estricto que no permite al niño desarrollar sus habilidades. Se trata de aprender a distinguir lo que está bien hecho de lo que no es correcto con conductas distintas.

Algo que hay que señalar es que los padres siempre deben estar con los niños cuando estos realicen actividades que sus padres le enseñaron, andar en bicicleta por ejemplo o comer bien en la mesa, así mismo los padres deben ignorar a sus hijos cuando estos hagan conductas erróneas que queremos que desaparezcan, a eso se lo llama ‘extinción’.

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