La soltería es mi mejor amiga y tengo la mejor razón

Cuando hombres me invitan a salir, siempre pasa lo mismo. Al enterarse de que tengo más de una década como mujer soltera, se sorprenden y la pregunta inmediata es “¿por qué llevas tanto tiempo soltera?”

Creo que no le debo explicaciones a nadie y jamás le he preguntado a una persona casada por qué lleva tanto tiempo en un matrimonio. Además, usualmente, tras escuchar las tantas razones por las cuales decidí ser una mujer soltera, tratan de convencerme de que pienso de esa manera porque no ha llegado el “indicado”.

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Luego me coquetean y me imagino que han de suponer que voy a caer rendida ante sus halagos. Pero no. Al contrario, reafirman mi decisión de la soltería como estilo de vida.

Los solteros enfrentamos cierta discriminación y existen muchos prejuicios alrededor de nosotros. Pareciera que somos parias de la sociedad. Inmaduros. Incapaces de comprometernos. Promiscuos.

Nada más lejos de la verdad.

Yo soy una mujer soltera porque, de entrada, no creo en el matrimonio ni quiero tener hijos. Como está establecido el modelo de pareja que otorga la “verdadera felicidad”, se espera fidelidad absoluta entre parejas, pero a mí la monogamia me parece anti natural.

Somos seres de deseo y una especie que goza de una sexualidad placentera, no solamente para fines reproductivos. Además, como mujer, cuando dices de manera honesta y abierta que no pretendes procrear jamás, el juicio aparece. Sin embargo, tener un útero no significa que debo ser madre. Es mi cuerpo y es mi decisión.

Pero eso es sólo el principio. Ser una mujer soltera me ha demostrado que mientras más autosuficiente eres, las probabilidades de tener una vida plena llena de satisfacciones aumentan. Cuando tu foco de atención eres tú mismo, es mucho más sencillo definir qué necesitas para ser feliz. Debes ser prioridad en tu vida y eso lo entendemos los solteros a la perfección.

Por lo mismo, nuestro actuar no está supeditado a nada ni nadie. Aunque todos dependemos de algo o alguien para sobrevivir, cuando eres soltero eres dueño de tu ser y no necesitas la validación del otro para reconocerte.

Me parece peligroso invertir toda una vida a una sola pareja y creer que las “relaciones verdaderas” son aquellas que tienen nexo conyugal me parece absurdo. Seguir perpetuando la idea de un solo amor está resultando insostenible.

Según un estudio realizado por la Dra. Bella de Paulo, en la Universidad de California, los solteros tienen más sentido de la autodeterminación y más posibilidades de desarrollarse continuamente como personas.

Como mujer soltera, decido sola qué quiero hacer en relación a todas las cosas que componen mi vida y solo renuncio a lo que yo quiero. No me siento obligada a nada y mis expectativas son únicamente propias.

La vida como soltero tampoco significa la anulación del plano sexual y eso es lo que más me cautiva de mi soltería. Tengo la posibilidad de amar a diferentes personas. Ser una mujer soltera no cancela mi capacidad de amar y no existe nada más hermoso en el mundo que el amor y tener cubierta esa necesidad.

No creo en etiquetas. Varias veces me he enamorado profundamente, fui correspondida y no éramos pareja y tengo “amigos con derechos” con los cuales me divierto enormemente de cuando en cuando.

Pero, a pesar de tener claro porqué la soltería es mi mejor amiga, seguiré enfrentando cuestionamientos y juicios carentes de argumento, porque en una sociedad en la cual existe un comportamiento casi obsesivo de emparejamiento, ser soltero es mal visto y condenado.

Yo solo les recuerdo que los rebeldes son los únicos que logran cambiar el mundo.

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