La alegría de vivir a los 40

Cada década llega con sus afanes, sus desafíos, sus sueños y hasta con sus tristezas. Todas, experiencias invaluables que nos ayudan a ser las que somos hoy en día. La conductora de noticias, Inés María Zabaraín, nos confiesa qué es lo mejor de vivir en los 40

“Confieso que he sido feliz en cada una de las etapas de mi vida, y los 40 no han sido la excepción. Pienso que gran parte del éxito es tener claro qué se quiere, para dónde se va y ser dueño de unas bases sólidas fundamentadas en la fe en Dios y el amor a la familia. Es importante, desde siempre, tener definidas las prioridades y luchar por eso sin pasar por encima de nadie ni pretendiendo ser lo que no somos. A los 40 se llega con un gran camino recorrido, pero con mucho por hacer. Lo bueno es que se tiene acumulada una serie de vivencias, aprendizajes, errores y aciertos que hacen que se viva el día a día con más confianza y seguridad. Es un momento en que para nada importa el qué dirán. Es simplemente vivir y actuar con la seguridad de tener los principios y valores éticos lo suficientemente afianzados como para hacer que cada una de nuestras acciones termine en hechos que nos beneficien a nosotros y a los que nos rodean.

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Todo este tiempo ha estado marcado por momentos que, al igual que en las etapas anteriores, han sido decisivos. En el ámbito profesional cambié de casa, pasé de Caracol, después de 11 años felices de trabajo, a CM&, donde llevo seis igual de dichosa. En mi vida personal, dejé de ser mamá de niños para convertirme en madre de adolescentes. Mi trabajo sigue siendo el mismo, el que más me gusta, el que más disfruto hacer: contarles a los colombianos lo que sucede en nuestro país y en el mundo. Me lo gozo como el primer día y lo hago con la tranquilidad y la madurez que me da la experiencia, pero con la misma adrenalina y pasión de hace 25 años, cuando salí al aire por primera vez en QAP Noticias. 

En lo personal, ya son 20 años de matrimonio. Y como dicen los que saben, el amor se transforma, pero lo importante es que sigue ahí cada vez más fortalecido; es un romance más reposado, pero más interesante e igual de maravilloso. Es caminar de la mano de Jorge Alfredo, apoyarnos, reírnos de lo vivido y trabajar juntos por seguir cumpliendo nuestros sueños y estar al lado de nuestros hijos, Laura, Sofía y Felipe. No puedo negar que cuando veo bebés recién nacidos me alcanza a dar algo de nostalgia. Ese tiempo de pañales, teteros y trasnochadas sin límite me lo disfruté al máximo, pero no lo extraño. Hoy forma parte de esas memorias que quedan como huellas indelebles grabadas en el corazón. Hoy me gozo ser mamá de adolescentes, donde el rol es distinto pero la esencia es la misma: el amor. Es un tiempo de orientación, de acompañamiento de los hijos, de estar siempre ahí para escucharlos.

Llegar a los 40 es sentir con satisfacción que se han hecho cosas importantes y tener la tranquilidad de saber que queda tiempo suficiente para mejorar lo que todavía no nos convence. Es tener la certeza de poder trabajar por los muchos proyectos que aún falta por concretar. Es un buen momento para hacer un balance del camino recorrido sabiendo que se han acumulado las vivencias necesarias y se ha alcanzado un nivel de madurez óptimo para enfrentar lo que viene. En un abrir y cerrar de ojos estaré entrando a los 50 y espero y confío en Dios en que lo haré con la misma alegría y entusiasmo con la que hoy estoy terminando los 40, porque gozarse la vida es cuestión de actitud”.

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