Y de repente nada volvió a ser igual

“Las horas pasaban y ya no respondía mis llamadas, los mensajes quedaban para después y las palabras bonitas se habían ido al olvido”

“Los primeros días las mariposas en la panza subían y bajaban con locura y mi mente me jugaba las peores pasadas, pues la lengua no me respondía, las palabras se me pausaban y los ojos se me llenaban de brillo imaginando como sería si tuviésemos algo, pues en ese momento apenas nos conocíamos pero yo ya muy ilusionada le catalogaba como el amor de mi vida.

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El coqueteo, las miradas y finalmente el primer beso llegaron y yo sentía que nada podría ser mejor, pues encajaba tan bien en sus brazos que las noches frías se volvían cálidas por un momento, los días grises se llenaban de color y las maravillas del cielo llegaban una a una como bendiciones porque ya estaba enamorada.

Pasaron los meses y estos se convirtieron en años, años que transcurrieron en medio de felicidad, pues ni el veía mis defectos ni yo notaba los suyos; todo se resumía a buenos momentos, a tratos agradables, a mucha confianza y sobretodo complicidad… Cosas que fueron cambiando de un momento a otro y de repente nada volvió a ser igual.

Las horas pasaban y ya no respondía mis llamadas, los mensajes quedaban para después y las palabras bonitas se habían ido al olvido, sin embargo en el ambiente todavía se respiraba amor, aunque con más peleas de lo acostumbrado y una forma de besar diferente, pero el sentimiento seguía presente.

Sin embargo todo se fue desvaneciendo y ya sentíamos que la vida juntos no era lo que habíamos soñado… Él por su lado encontró adrenalina pura con otra mujer, mientras yo fingía sufrir al darme cuenta de que me había engañado, ya nada era igual. Tal vez por costumbre o por miedo a intentar el amor una vez más pero me aferré a la idea de no dejarlo, mientras que mi mente y mi corazón se empeñaban en mostrarme la realidad: Ya nada era igual, mis besos no eran apasionados y hacer el amor ya no me importaba, entonces comprendí que el sentimiento se acaba, que la complicidad de años atrás se reducía a simples recuerdos”.

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