El país presentó un equipamiento militar cada vez más sofisticado, en medio de crecientes tensiones en la región y mensajes con Estados Unidos
Corea del Norte mostró el sábado sus misiles balísticos intercontinentales en un enorme desfile militar en el centro de Pyongyang ante la satisfecha mirada de su gobernante, Kim Jong Un. El país presentó un equipamiento militar cada vez más sofisticado, en medio de crecientes tensiones en la región y mensajes con Estados Unidos.
“Será el mayor de los errores de cálculo, si Estados Unidos nos trata como a Irak y Libia, que viven destinos miserables como víctimas de agresión, y Siria, que no respondió de inmediato a pesar de haber sido atacada”, afirmó el viernes en un comunicado el jefe del Estado Mayor del ejército norcoreano, según la agencia oficial de noticias.
Kim no habló durante el festejo anual, que conmemora el nacimiento en 1912 de su abuelo, Kim Il Sung, fundador del país. Sin embargo, uno de sus funcionarios de mayor rango advirtió que Corea del Norte respondería a cualquier amenaza planteada por Estados Unidos.
Choe Ryong Hae acusó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de “crear una situación de guerra” en la península coreana al enviar tropas estadunidenses a la zona.
“Responderemos a una guerra abierta con una guerra abierta y a una guerra nuclear con un ataque nuclear a nuestro estilo”, dijo Choe, considerado por los analistas extranjeros como el número dos del gobierno norcoreano.
El desfile, la pieza central del feriado más importante del año en el país, se celebró en medio de crecientes temores a nivel internacional a que Corea del Norte esté preparando su sexta prueba nuclear o un lanzamiento importante de misiles, como su primer vuelo de prueba de un misil capaz de llegar al territorio continental estadunidense.
Pero si bien el desfile mostró una disposición para la guerra, Corea del Norte insiste desde hace tiempo en que sus objetivos son la paz y su propia supervivencia, con su creciente arsenal como una forma de asegurar que el gobierno de Pyongyang no es derrocado fácilmente.
El gobierno norcoreano vio la caída de Saddam Hussein en Irak y Moammar Gadafi en Libia —ninguno de los cuales tenía armas nucleares— como prueba del poder de estas armas.