Trump fracasa en su intento por acabar con el “Obamacare”

El empresario parecía resignado al bloqueo legislativo de la reforma del sistema de cobertura de salud

Los legisladores republicanos fracasaron ayer en su intento por cambiar o derogar la ley de salud promulgada por el expresidente Barack Obama, un duro revés para el mandatario Donald Trump y el partido gobernante, que no pudo concretar sus esfuerzos para acabar con Obamacare.

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El empresario parecía resignado al bloqueo legislativo de la reforma del sistema de cobertura de salud, y declaró que la ley demócrata de 2010 firmada por su predecesor, denominada Obamacare, de todas maneras terminaría cayendo por su propio peso.

“Dejemos que Obamacare se desmorone, será más simple”, señaló Trump. “Dejaremos que Obamacare fracase, y luego los demócratas vendrán a nosotros”.

Su propuesta de dejar morir Obamacare consiste en dejar que se acentúen las fallas del mercado de seguros de salud privados, lo que, según él, dirigiría la presión hacia los demócratas para que tengan que ponerse de acuerdo con los republicanos para reparar el sistema.

El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, llamó a una votación para derogar directamente el Obamacare después de que quedó claro que no tenía los votos para cambiar la ley de salud. Dijo que la votación podría realizarse “a comienzos de la próxima semana”.

Las senadoras republicanas Shelley Moore Capito, Susan Collins y Lisa Murkowski rápidamente anunciaron que no apoyarían la derogación, condenando el intento al fracaso, porque la oposición demócrata ha permanecido unida en su rechazo a un cambio.

“No vine a Washington para perjudicar a la gente”, dijo la senadora Capito.

Frente a esa rebelión, se espera que McConnell decida entre enterrar el proyecto u organizar una votación condenada al fracaso. Con 52 senadores de un total de 100, la bancada republicana no podía permitirse más de dos defecciones.

El proyecto de reforma republicana no pretendía revocar enteramente la ley de 2010, que en siete años se convirtió en una norma relativamente popular, a medida que millones de personas se fueron beneficiando de ella.

Por tanto, la arquitectura de la reforma de Obama se conservaba en mayor o menor medida en el plan republicano para evitar que millones de estadunidenses se encontraran súbitamente sin cobertura de salud. No obstante, se preveían importantes recortes del presupuesto de salud, así como la reducción de algunas prestaciones a los asegurados.

El plan de derogación y de sustitución simultáneas no complació ni a los ultraconservadores, que lo consideraban un Obamacare light, ni a los republicanos moderados, a los que les preocupaba un paso atrás demasiado brusco.

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