Angola celebra el miércoles unas elecciones que pondrán fin a la presidencia de Jose Eduardo dos Santos tras casi cuatro décadas en el poder.
Sin embargo, el líder allanó el camino para ser reemplazado por un sucesor de su preferencia en un país plagado por la pobreza, la corrupción y las violaciones de derechos humanos.
El ministro de Defensa, Joao Lourenco, es el candidato del oficialista Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) para reemplazar a dos Santos, quien probablemente seguirá siendo líder del partido.
Lourenco, que ha acompañado a dos Santos, de 74 años, desde que lucharon juntos contra el dominio colonial portugués, prometió combatir la corrupción.
Pero, probablemente se topará con la resistencia de una élite política dominada por la familia del presidente, incluyendo su hija, Isabel dos Santos, presidenta de la empresa petrolera estatal Sonangol aunque han surgido versiones de que renunciará.
Se dice que Isabel dos Santos es la mujer más acaudalada de África, en un país que tiene una de las tasas de pobreza más altas del mundo.
Angola sufrió décadas de guerra civil que concluyeron en el 2002, dejando por lo menos medio millón de muertos, millones de desplazados y una devastación de toda la infraestructura.
Pese a la corrupción, la selección de Lourenco, en vez de uno de los hijos del presidente, logra evitar la imagen de una dinastía familiar e indica que el sistema de división de poderes funciona mejor de lo que muchos creen, señaló Soren Kirk Jensen, experto en temas africanos en Chatham House, una institución académica en Londres.
“Se está haciendo evidente que Angola quiere ir por una trayectoria de democratización gradual al igual que otros países del sur de África que fueron gobernados por movimientos de liberación nacional”, escribió Jensen en un análisis de las elecciones.
El MPLA es el favorito para ganar las elecciones tras ganar en el 2012 con 72 por ciento de los votos, aunque proliferaron las denuncias de irregularidades.