En ocasiones es complicado continuar con nuestra dieta cuando estamos trabajando. Es por eso que te damos estos 5 prácticos tips que te ayudarán a lograrlo
Es común que al iniciar el año todas las mujeres nos fijemos la meta de alimentarnos mejor, perder esos kilitos de más que ganamos en las fiestas decembrinas, hacer más ejercicio y por fin comenzar esa dieta que hemos postergado durante años. Sin embargo, conforme pasan los meses, alcanzar este objetivo se vuelve cada vez más complicado. Y es que la falta de tiempo, el estrés, el ritmo de vida y las múltiples tareas que tenemos que realizar en casa y en el trabajo, nos complican organizar nuestros horarios de comida y alimentarnos sanamente.
La mayor parte de nuestro día, la pasamos en la oficina, regularmente sentadas y sin hacer mucha actividad física, por lo que si queremos establecer un nuevo régimen alimenticio y mantenerlo, debemos trasladarlo también ahí. El estrés laboral y la ansiedad pueden ocasionar que te dé más apetito durante el día y quieras comer entre comidas, es por eso que debes cuidar los refrigerios que llevas a la oficina.
A continuación te damos 5 prácticos tips para que te organices y no rompas la dieta en la oficina:
1. No lo veas como una dieta
Comienza por darle otro nombre a tu nueva forma de alimentación, el llamarlo “dieta” puede ocasionar que tu cerebro lo asocie con los conceptos de “sacrificio” y “restricción”, mejor percíbelo como una nueva forma de alimentación en la que comerás de manera más organizada y saludable, lo cual no sólo te ayudará a perder peso, sino a mejorar tu estado de salud.
2. Organiza tus comidas y prepáralas con anticipación para llevarlas al trabajo
Para asegurarte de que tu alimentación sea saludable también en el trabajo, organízate y lleva comida preparada al trabajo. En este proceso, la organización es vital; solo gracias a ella podrás alimentarte de la forma más nutritiva y saludable posible.
Dedica unas horas de cada fin, a planear tu menú de la semana y realizar las comparas necesarias. De este modo sabrás qué alimentos debes comer cada día de la semana y sólo te dedicarás a cocinarlos con anticipación, para llevarlos al trabajo.
3. Lleva snacks sanos
Hay determinadas horas en el día en las que nos da más apetito y sentimos la impetuosa necesidad de “picar” entre comidas. Es por ello que debes tener un par de snacks nutritivos bajo la manga, para aquellos momentos en los que no puedas resistir la tentación.
4. Ajusta tus raciones de comida al tiempo que tienes
Las raciones de comida en el trabajo deben ajustarse al tiempo que tienes para comerlas. La buena digestión necesita tiempo y los atracones cuando careces de él no suelen ser nada positivos para tu salud.
Entonces, si no dispones de mucho tiempo para almorzar, procura restringir tus porciones.
5. No seas tan dura contigo misma
Si bien la disciplina es fundamental para lograr cualquier objetivo, no es necesario que te tortures de más. Elige un día a la semana en el que puedas darte un “gustito” que se salga de tu régimen alimenticio o que no sea tan saludable, puede ser durante el fin de semana. De esta manera te motivarás para seguir con tu plan alimenticio durante el resto de la semana y premiarás a tu cuerpo por lo bien que lo ha hecho.