La parroquia de San Juan Bosco ubicada en la colonia José López Portillo ha sido visitada tres veces por los amantes de lo ajeno en las últimas dos semanas.
“Forzaron una puerta, anduvieron por aquí pero no pudieron hacer nada. `Nomás desconectaron un tubo de bronce grande arriba en la azotea, pero no se lo llevaron. Yo creo que ya no pudieron. En la siguiente ocasión se meten y se roban un chamuquito, una bocina, un micrófono, una guitarra y se volvieron a salir. La siguiente ocasión se meten por donde mismo, quitaron un empaque, se metieron, se descolgaron por una ventana y rompieron una alcancía que estaba ahí y que tenemos guardada”, comentó Filiberto Elizondo Jáuregui, sacristán de la iglesia.
Gerardo Martín, párroco de San Juan Bosco, explicó que, aunque los robos no son cuantiosos, los daños a los templos al momento de intentar ingresar para llevarse algún objeto y el miedo que provocan a la gente generan que se tomen medidas de seguridad.
“Lo principal que afecta es que roban la tranquilidad, roban la serenidad y roban la paz y luego ya se queda uno con la zozobra de no saber qué sigue, porque la situación se repite en algunos momentos y ya no sabe uno que más vaya a continuar. Lo que hacemos es tomar las precauciones, poner las cámaras de video, poner alambres, poner alarmas y sensores, esperando que con eso nos demos cuenta en qué momento entran al atrio, a la casa parroquial o a las mismas instalaciones del templo», señaló el párroco de San Juan Bosco.
La iglesia se encuentra ubicada en una de las colonias más inseguras de Aguascalientes en donde a decir de los creyentes como María del Socorro Paredes, los párrocos no se quedan por mucho tiempo.
“Al padre José también lo corrieron de ahí, porque no duran mucho los padres aquí. No quieren verlos, los amenazan y piensan que el templo tiene mucho dinero”, dijo María del Socorro Paredes.
Lo peor es que en algunas ocasiones cuando se ve a alguien sospecho en las calles o se cree que pudo ser la persona responsable de algún robo, los elementos de seguridad algunas veces se ven imposibilitados a actuar.
“Los detiene la policía para revisarlos, pero sienten un acoso de la policía que los está hostigando, entonces estos chicos han obtenido amparos, en donde traen la orden del juez de que no se pase a revisión a estas personas”, señaló Gerardo Martín, párroco de San Juan Bosco.
Ante esta situación, para los creyentes es necesario que se refuerce la seguridad no solo en la parroquia San Juan Bosco sino en todos los templos de Aguascalientes.