Las personas que padecen migraña suelen ponerse irritables y de mal humor.
La migraña es sin duda y literalmente un represivo dolor de cabeza que aqueja no solo a mujeres, sino también a hombres; aunque en ellas es un porcentaje poco más alto.
El café es una de las principales razones para que el dolor aumente; de acuerdo a un par de estudios realizados por Científicos de la Universidad de Harvard (Massachusetts, EE.UU.), esto podría afectar a una cifra alarmante; aproximadamente serían 1.000 millones de adultos.
No solo es el café la bebida que puede ocasionar que los dolores incrementen y sean más constantes, sino también cualquier bebida que contenga cafeína; entonces así es como determinaron que las personas que sufren migrañas no deben exceder el límite de 3 tazas al día, pues solo así el dolor no incrementará; por el contrario, si sube a 4 o más, entonces si habría algún problema. Así lo demostró un estudio que ha publicado The American Journal of Medicine.
¿Qué es la migraña?
Es una enfermedad crónica que mínimo ha dañado a cerca de 1.000 millones de adultos a nivel mundial, cuando se presenta suele durar 72 horas o más, dependiendo la intensidad.
Características de la migraña:
- Intensos dolores en algunas zonas del cráneo
- Náuseas (en ocasiones)
- Irritabilidad, mal humor
- Hipersensibilidad al ruido o la luz
Fueron 98 adultos con migrañas episódicas, los que formaron parte del estudio. Todos, sin excepción alguna llenaron un formulario todas las mañanas y tardes durante casi 2 meses; ahí mencionaban de forma periódica la frecuencia e intensidad de sus dolores de cabeza y su consumo de café, té o bebidas energéticas.
«El impacto de la cafeína depende tanto de la dosis como de la frecuencia», afirmó Elizabeth Mostofsky, una de las autoras del estudio; sin embargo afirma también que el uso es estrictamente limitado pues los excesos podrían ser perjudiciales.
Cabe destacar que los mismos pacientes dieron a conocer que existen otros factores que podrían detonar la migraña, tales como el consumo de medicamentos o bebidas alcohólicas, nivel de actividad física, síntomas de depresión, estrés psicológico, hábitos de sueño, ciclos menstruales, etc.