En San Martín de las Flores se realizó la tradicional cuereada, en la que hombres se golpean mutuamente para expiar sus pecados

En punto de las once de la mañana, al son de la tambora los cuerazos comenzaron el sábado en el atrio de la Plaza de San Martín de las Flores, en Tlaquepaque, Jalisco.

Para los que participan activamente, la cuereada es una oportunidad para la expiación de culpas, para el sacrificio y la ofrenda al todopoderoso.

“La verdad esto es en serio, es, has de cuenta, los golpes que recibió Cristo ¿Y aguanta usted, se los dedica a alguien o qué? Se los dedico a mi esposa e hijos y a mi señor Dios que me está ayudando”, comentó Rodrigo López, uno de los cuereados. 

“Para mí no es un sufrimiento, si mi Dios me dio la vida y aquí tengo que morir, también para él, y lo que venga, adelante, siempre haciendo las cosas bien”, dijo por su parte José Linobaldo, otro de los participantes de la cuereada. 

Otros, gustosos de ver la etapa final de la Judea, que roza casi con el gusto por el sufrimiento ajeno, y trae etiqueta de tradición, se instalaron desde temprano en barrera de sol, para no perderse ni un detalle de la flagelada.

“Venimos a divertirnos, a ver ¿Le gusta ver que se cuereen estos muchachos? Sí, que se peguen ¿Por qué? porque es semana santa”, externó Rita Torres, turista.

Así entre las alegres notas de la banda, y los enchilados rostros de quienes dan y toman reatazos, representando siempre al traidor judas, se cumplió con la edición número 222 de la Judea en vivo, en San Martín de las flores, municipio de Tlaquepaque.