El hecho de que el gobierno del país apueste por el desarrollo de este sector impulsa el crecimiento de la economía nacional
El mercado de armas de Latinoamérica se está desarrollando muy rápidamente, tiene buenas perspectivas, pero también sus peculiaridades. Algunos países de la región tienen la necesidad de renovar completamente su armamento partiendo de un presupuesto de defensa más que modesto, y también tienen la ambición de crear su propia industria utilizando la tecnología extranjera.
México no es una excepción. El presidente Enrique Peña Nieto afirmó durante la ceremonia de inauguración de la exposición FAMEX-2017 que “en los últimos diez años México se ha convertido en una plataforma ideal para el desarrollo de la industria aeroespacial”.
El hecho de que el gobierno del país apueste por el desarrollo de este sector impulsa el crecimiento de la economía nacional, permite crear nuevos puestos de trabajo y hace que México sea un país atractivo para los inversores extranjeros y los vendedores de la técnica militar y armas, entre los cuales se encuentra Rusia, que tiene mucho que ofrecer a México.
Rusia ha asistido por primera vez a la exposición FAMEX-2017 y ha presentado proyectos innovadores. En total, se han mostrado 160 armas, entre ellas están el avión de entrenamiento y transporte Yak-130, el caza multifuncional Su-30MK, el caza ligero MIG-29 y una serie de helicópteros, el Ka-52 y el que cuenta con mayor capacidad de transporte en el mundo, el Mi-26.
UN HELICÓPTERO QUE CUMPLE CON LAS NECESIDADES
El helicóptero ligero Ansat, que cuenta con dos motores, fue presentado por primera vez en México. China encargó un modelo el año pasado para utilizarlo en el sector sanitario. Este aparato también puede tener demanda en el sector civil de México.
“Creemos que Ansat cumple perfectamente las necesidades del servicio sanitario y las de la policía de Estados Unidos Mexicanos. Para empezar, es un helicóptero que ha sido creado para ser utilizado activamente en las ciudades con diferentes objetivos. Su cabina es transformable. Por ejemplo, ahora es un helicóptero de patrulla utilizado por la policía, y dentro de unas horas ese mismo aparato puede ser utilizado como una ambulancia. En segundo lugar, su uso es barato. El precio de una hora de vuelo es inferior a la de otros helicópteros. Además, este aparato no requiere ser guardado en un hangar y hace poco recibió licencia para transportar pasajeros. Actualmente, México cuenta con 50 helicópteros de fabricación rusa, la mayoría de ellos fueron adquiridos en la década de los 1990 y forman parte del parque de las fuerzas armadas mexicanas. Sin embargo, creemos que su número puede aumentar y nuestros socios mexicanos pueden interesarse por Ansat, teniendo en cuenta el éxito de otros aparatos rusos en diferentes países”, comentó una fuente de la compañía Helicópteros Rusos.
AUMENTO DEL COMERCIO BILATERAL
Las relaciones económico-comerciales entre México y Rusia están en su auge, además, no se trata solo de las exportaciones del crudo de Rusia a México, sino del suministro de productos con un alto valor añadido.
“Tenemos que constatar que en los últimos años el volumen del comercio exterior entre México y Rusia depende en gran medida de los baches que sufren las economías de ambos países. La caída en el intercambio comercial se ha manifestado en 2015, si comparamos los datos con los del año 2014. Sin embargo, el año pasado el comercio se recuperó. En 2016 el intercambio comercial entre ambos países constituyó 1705,9 millones de dólares, lo que mostró el crecimiento de exportaciones e importaciones en un 106,3% y 109,4% respectivamente. La parte mexicana sigue de cerca el desarrollo de la tecnología innovadora que se está creando en Rusia. Hay que recordar que México compró 30 aviones Sujói Superjet-100 en diciembre 2015. Este contrato permitió aumentar las exportaciones rusas a México, fortalecer la cuota de productos de alto contenido tecnológico y, como resultado, se tradujo en un saldo positivo de la balanza comercial”, comentó la colaboradora científica senior del Instituto de Latinoamérica de Academia de Ciencias de Rusia, Anna Protsenko.