Debido a que no están de acuerdo a que el fiscal general de EU tenga anexos con el embajador ruso en EU
Bajo la creciente presión tanto de demócratas como de republicanos, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, se puso al margen ayer de cualquier investigación sobre la presunta interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016.
Sus actos ocurren tras las revelaciones de que Sessions se encontró dos veces con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak, y no informó de ello durante su audiencia ante el Senado.
El secretario de Justicia, quien durante mucho tiempo fue senador, dijo que no hizo nada malo cuando no reveló su encuentro el año pasado con el embajador ruso.
El funcionario argumentó que las reuniones fueron en su calidad de senador y no como parte de su rol en la campaña.
“Me he recusado en los asuntos que tengan que ver con la campaña de Trump”, dijo a periodistas Sessions en una improvisada rueda de prensa, que siguió a llamados de varios de sus compañeros republicanos para que tomara esa medida.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que tiene “total confianza” en el fiscal general del país. Y rechazó que Sessions deba apartarse de las investigaciones sobre el papel ruso en las elecciones.
La controversia resurge en momentos en que Trump y los republicanos, que controlan el Congreso, tratan de dejar atrás los tropiezos del inicio del mandato para enfocarse en cambios políticos importantes.
Y en un hecho que agudiza la polémica, el diario USA Today reportó ayer que al menos otros dos miembros de la campaña de Trump dijeron que hablaron con el embajador ruso en una conferencia durante la Convención Nacional Republicana en julio pasado.
J.D. Gordon, quien fue director de Seguridad Nacional de la campaña de Trump, y Carter Page, miembro del comité asesor del equipo para los comicios presidenciales, admitieron encuentros con Kislyak, agregó el periódico.
Trump ya había despedido al asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, el mes pasado por revelaciones de que discutió las sanciones de EU a Rusia con Kislyak, antes de que el mandatario asumiera.
QUIEREN SU CABEZA
Luego de que el miércoles en la noche el diario The Washington Post reveló que
Sessions recibió al embajador ruso en su despacho en el Senado en septiembre de 2016, políticos demócratas pidieron su renuncia.
“El Departamento de Justicia debe estar por encima de cualquier recriminación. Por el bien del país, el fiscal general Sessions debe renunciar”, aseguró el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer.
Nancy Pelosi, la jefa de la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, aseguró que el exsenador había “mentido y debía renunciar”.
En tanto, los legisladores rapublicanos Jason Chaffetz, Utah, Darrell Issa, California y Tom Cole, Oklahoma, dijeron que Sessions debe apartarse de la investigación.
Por otro lado, Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, declaró que no estaba al corriente de supuestos encuentros del embajador ruso en Washington con el secretario de Justicia estadunidense.
SERGEY KISLYAK
- El embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak, de 66 años, está familiarizado con el monitoreo estadunidense de comunicaciones diplomáticas y el sistema de vigilancia.
- Kislyak se graduó en el Instituto de Ingeniería Física de Moscú y en la Academia de Comercio Exterior de la Unión Soviética, toda su carrera la ha realizado en la diplomacia.
- Ha representando a su país en EU durante los últimos nueve años.
- En la última década de la Guerra Fría trabajó para el gobierno ruso en la ONU, en Nueva York.
- Cuando la URSS llegó a su fin, trabajó en cuestiones de desarme en el Kremlin, para después convertirse en embajador en Bélgica.