Varios actores nominados al Oscar se han expresado en relación al boicot del Oscar por no seleccionar afroamericanos, pero ¿cuál es el verdadero problema?.
Los recuerdos del triunfo de Alfonso Cuarón haciendo historia como el primer mexicano en ganar un Oscar en la terna de Mejor Director nos hizo grandes como país, nos hizo sentir orgullosos de lo que habíamos logrado como nacionalidad, pero era necesario discutir que él lo hizo por mérito propio, y es que llevamos años, sin siquiera asomarnos a la categoría de Mejor Película Extranjera, lo que nos hizo preguntar qué estábamos haciendo mal.
Lo mismo, pero en sentido inverso, vuelve a ocurrir en el Oscar, ahora con los afroamericanos tomando personal algo que no tiene nada que ver con el color de piel, porque un mexicano, latino, no blanco, está nominado a Mejor Director y otros tantos más de diferentes latitudes del mundo se imponen en una carrera cerrada, difícil, un arte que está permitido sólo para algunos, ni siquiera el 1% de la población, algo mucho menor. ¿Y ahora cuál es el problema?, que el premio de la Academia es muy blanco.
Los integrantes que seleccionan a los nominados son los mismos ganadores y nominados. Los actores celebran a los actores, los directores a los directores, ¿entonces por qué culpar a una organización, si fueron sus mismos compañeros los que los dejaron fuera?
Will Smith fue olvidado por su gloriosa participación en La Verdad Oculta, pero no fue por falta de talento, sino porque el Oscar no ha podido entender algo que los Golden Globes ya hicieron, una película cómica no puede y no debe ser evaluada frente a una de drama, porque el dolor siempre va a salir ganando. Un Steve Jobs, multimillonario y dueño de las ideas ms innovadoras de la actualidad no tiene rival en contra de un médico nigeriano que descubrió una enfermedad que sigue matando jugadores de la NFL y de la que nadie quiere hablar. Lo políticamente correcto, como atacar a la iglesia católica que cada día va de mal en peor, no tiene por qué enfrentarse contra un grupo de raperos que salieron adelante mezclando música con la delincuencia organizada.
Esta semana Michael Cane habló en entrevista sobre el rechazo de Will Smith y Spike Lee por las nominaciones «muy blancas» al Oscar, asegurando que pertenecer a una minoría no puede ser una razón para obtener un título tan grande como el de la Academia, pero tampoco para que te dejen fuera.
«Hay muchísimos actores negros. Al final, no puedes votar por un actor porque sea negro. No puedes decir voy a votar por él, no porque sea bueno, sino porque es negro», argumentó el dos veces ganador del Oscar, recordando a los famosos que sean «pacientes» ya que a él le llevó «años» poder recibir una estatuilla.
Estamos ante la necesidad de dividir la terna, de seleccionar a más actores para tener un panorama más amplio y que triunfe verdaderamente el mejor, pero también estamos ante la necesidad de entender que NOSOTROS NO TENEMOS LA ÚLTIMA PALABRA, porque nosotros sí hubiéramos nominado a Will Smith, y también a Michael B. Jordan en Creed, pero jamás a Jennifer Lawrence por el bodrio de Joy. Pero nadie nos preguntó, porque no somos parte del selecto grupo que vota por estas interpretaciones. Al final, los que deciden son ellos, y por eso en los Critics Choice Awards ganó Rachel McAdams a Mejor Actriz, pero para los Golden Globes la mejor fue Brie Larson por La Habitación.
Aquí lo importante es reflexionar sobre el racismo en las películas como tal, sobre los proyectos que los están dejando fuera, el sistema de justicia de Estados Unidos, incluso al político Donald Trump que busca eliminar a las «minorías», pero no al premio, como lo compartió Mark Ruffalo en su cuenta de Twitter.
«Apoyo las propuestas en torno a que las nominaciones no reflejan lo diversa que es nuestra comunidad. Este movimiento refleja una larga discusión sobre el racismo en nuestro sistema de justicia», dejando claro que no se suma al boicot, ya que sí asistirá al Oscar para «apoyar a las víctimas de abuso sexuales cometidos por el clérigo y (en apoyo) del buen periodismo».
Las voces que se suman a este escándalo han sido muchas, pero en su gran mayoría consideran que preocuparse por a quién entregan el Oscar no es en escénica el problema. La lucha que otros famosos siguen es en contra del racismo, en contra de marginar a niños de diferentes etnias, porque eso es lo alarmante, esa es la charla que debemos tener en nuestro hogares y a nivel social y político.