El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la puesta en marcha de la primera etapa del Nuevo Modelo de Justicia Laboral en el país, que privilegiará el acuerdo entre empleadores y trabajadores, así como la democracia sindical.
La ceremonia tuvo lugar en Palacio Nacional este miércoles y en ella estuvieron presentes el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar Lelo de Larrea así como los gobernadores de Campeche, Durango, San Luis Potosí y el Estado de México.
De acuerdo con el mandatario se trata de un acontecimiento muy relevante para el país porque cumple con una demanda de justicia muy antigua por parte de los trabajadores.
Además de que fue un requisito para poder renegociar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.
«Esto es muy importante, esta etapa de conciliación, si no se logra la conciliación, que estoy seguro va a lograrse en buena medida, va a tener buenos resultados, entonces se acude a los tribunales laborales, ya no es la junta de conciliación, sino el tribunal y esto es un cambio profundo estructural, porque la justicia laboral va a depender del poder judicial, ya no es sólo la participación del sector obrero, el sector empresarial y del ejecutivo», destacó López Obrador en un breve discurso.
En ese sentido, agradeció a los legisladores, a los representantes sindicales y al sector empresarial el hecho de que la reforma haya sido aprobada el año pasado por consenso pese a las dudas y diferencias que se generan, como es natural, en esta clase de reformas y que coinciden con el proyecto de transformación.
«Que los trabajadores elijan libremente a sus representantes, que haya voto, directo, secreto, que no haya imposiciones, que pidamos avanzar en el establecimiento de la democracia en el terreno de lo laboral», apuntó López Obrador.
De manera especial, el presidente de México agradeció al poder judicial federal haber aceptado hacerse cargo de más responsabilidades.
Por su parte, el presidente del Consejo de la Judicatura Federal, Arturo Zaldívar destacó que la reforma laboral es histórica porque marca la transición a un modelo de resolución de disputas laborales en sedes jurisdiccionales.
«Por primera vez: jueces, juezas independientes e imparciales serán los encargados de adjudicar los derechos de las partes desde una perspectiva normativa constitucional (…) para avanzar a un sistema en el que los derechos laborales sean plenamente exigibles, en el que los juicios sean justos y en el que se desarrolle una doctrina jurisprudencial sólida, consistente y coherente, que brinde seguridad jurídica y previsibilidad en el ámbito de las relaciones laborales», subrayó ante los asistentes al acto.
Arturo Zaldívar consideró que se ofrecerá una justicia laboral moderna, de calidad, paritaria y que hará uso de herramientas tecnológicas que darán celeridad y confiabilidad en los procesos.
“Para el Poder judicial federal el reto más importante a partir de ahora es el de contribuir a recuperar la confianza social en la justicia del trabajo, tenemos por delante la tarea de hacer efectivo el acceso a la justicia laboral, lo cual es anhelo añejo y una demanda social inaplazable», remarcó el ministro presidente.
A partir de la puesta en marcha de la nueva reforma laboral, los conflictos laborales constarán de dos fases: una de negociación y otra de judicialización.
En los primeros 45 días de un diferendo laboral, las partes podrán alcanzar algún acuerdo o consenso.
Si no se llegase a ningún tipo de negociación, los casos pasarán al terreno de los juicios que no podrán demorar más allá de los seis meses.