El precio del gas licuado de petróleo (LP), combustible que utilizan dos de cada tres hogares en México, aumentó 34.62% entre diciembre de 2016 y octubre pasado, reporta la Comisión Reguladora de Energía, y se prevé que continúe a la alza en el periodo invernal.

Su costo dejó de ser controlado por el Estado y lo liberó en enero anterior, y es de los principales factores que llevaron la inflación de la primera quincena de noviembre hasta 6.59%, la más alta para un periodo similar desde el 2000.

Si bien es cierto con la aprobación de la Reforma Energética se abrió el mercado para permitir que empresas privadas pudieran importar gas LP, actividad que era exclusiva de PEMEX, y no obstante que a la fecha se han otorgado 102 permisos, solo 8 grupos empresariales controlan el 85% de las importaciones en todo el país, explicó el diputado Leonel Contreras Pámanes.

“Por otro lado, hay zonas del país donde solo operan uno o dos distribuidores y eso se ve reflejado inmediatamente en la calidad y en el precio, por lo que no tienen ningún incentivo ni para bajar el precio ni para dar un mejor servicio”.

Lamentó que la liberación del precio haya disparado el costo de este combustible, lo que afecta la economía de millones de hogares. Se esperaba que bajara su valor y en la realidad ocurre lo contrario.

Indicó que el salario mínimo aumentó 3.9% para alcanzar 88.33 pesos este mes, lo que resulta insuficiente para cubrir las necesidades de las familias y “muchos hogares tendrán un crudo invierno”, porque no les alcanza el presupuesto para comprar ese producto de primera necesidad.