El norte real no está donde solía estar. El polo norte magnético de la Tierra se ha estado desplazando con tanta rapidez en los últimos decenios que los cálculos antiguos ya no son suficientemente precisos para la navegación, según indican los científicos.
El lunes emitieron una actualización sobre dónde está el norte verdadero, casi un año antes de lo programado.
El norte magnético se está desplazando unos 55 kilómetros (34 millas) al año. Cruzó la línea internacional de cambio de la fecha en 2017 y está dejando el Ártico Canadiense en ruta a Siberia.
El desplazamiento constante es un problema para las brújulas en los celulares y en algunos productos electrónicos para el consumidor. Los aviones y barcos también usan el norte magnético, usualmente como recurso de reserva, dijo el geofísico Arnaud Chulliat, de la Universidad de Colorado y autor principal del recién emitido Modelo Magnético Mundial. El sistema de posicionamiento global (GPS, por sus siglas en inglés) no resulta afectado porque opera con base en satélites.
Las fuerzas armadas usan el norte magnético para navegación y operaciones con paracaídas, mientras que la NASA, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos y el Servicio Forestal también lo utilizan. Los nombres de las pistas en los aeropuertos se basan en su dirección respecto al norte magnético y sus nombres cambian cuando se mueve el polo. Por ejemplo, el aeropuerto en Fairbanks, Alaska, le cambió el nombre a la pista 1L-19R en 2009. Ahora se llama 2L-20R.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos y Gran Bretaña tienden a actualizar la ubicación del norte magnético cada cinco años, en diciembre, pero esta actualización llegó antes porque el polo se está desplazando a mayor velocidad.
Desde 1831, cuando fue medido inicialmente en el Ártico canadiense, el polo magnético se ha desplazado unos 2.300 kilómetros (1.400 millas) hacia Siberia. Su velocidad aumentó de 15 kilómetros por hora (9 mph) a 55 kilómetros por hora (34 mph) desde el 2000.
La razón para ello es la turbulencia en el núcleo líquido externo de la Tierra. Hay un océano caliente de hierro y níquel en el núcleo del planeta en el que el movimiento genera un campo magnético, dijo el geofísico Daniel Lathrop, de la Universidad de Maryland, que no forma parte del equipo que monitorea el norte magnético.
El sur magnético se está desplazando a una velocidad mucho menor.