Francisco Serna falleció luego de que un policía le disparara en nueve ocasiones en el jardín de su propia casa, el caso ha desatado indignación
La policía de Los Ángeles asesinó a un anciano, enfermo y desarmado afuera de su propio domicilio. Seis policías atacaron con perros al abuelo Francisco Serna, de 73 años de edad. Lo esposaron y ya sin posibilidad de movimiento o resistencia, uno de ellos, el policía anglosajón Reagan Selman, le disparó en nueve ocasiones, asesinando al mexicano.
Lejos de catalogar esto como un “error” o plena tortura, la policía del distrito-ciudad de Bakersfield -ahogada en interminables acusaciones de racismo, corrupción y criminalidad- culpó al abuelo por portar… un crucifijo de madera.
Y es este crucifijo el que fue “confundido”, a media noche, en el episodio que duró menos de 30 segundos, con una pistola; ocasionando “tensión” dentro de los seis policías que, “temiendo” por su vida, tuvieron que derribar y defenderse letalmente, del anciano que caminaba en su propio jardín, justifican las autoridades.
“Era un hombre de 61 kilos, 73 años, delgadito, ya no tenía fuerza, dijo su hija Rubia Serna, añadiendo que sufría de demencia por su avanzada edad, acusando a los agentes de “violencia excesiva e innecesaria”.
La portación de la cruz coincide, con el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe.
En Bakersfield, distrito que es 40 por ciento mexicano, miles de personas cargaban crucifijos esa misma noche.