Francisco insinuó que las mujeres amenazadas por el virus del zika podrían recurrir a métodos anticonceptivos, aunque descartó por completo el aborto
El papa Francisco insinuó que las mujeres amenazadas por el virus del zika podrían recurrir a métodos anticonceptivos, pero no al aborto, al señalar que existe una clara diferencia moral entre abortar un feto y prevenir un embarazo.
En el avión que lo transporta de regreso de México a Roma, a Francisco se le preguntó si el aborto o el control de la natalidad pueden ser considerados un “mal menor” frente a casos de defectos congénitos vinculados con el zika como los registrados en Brasil, donde han nacido bebés con cráneos anormalmente pequeños.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado una emergencia sanitaria mundial debido al virus del zika y sus presuntos vínculos con defectos congénitos. El virus se ha presentado en por lo menos 34 países, muchos de ellos en Centro y Latinoamérica. La OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han aconsejado a mujeres embarazadas evitar viajar a países afectados por el zika.
Ante el brote de zika, algunos gobiernos en Latinoamérica han exhortado a las mujeres a que eviten el embarazo. Al mismo tiempo, grupos partidarios de la legalización del aborto han pedido la flexibilización de las leyes contra la interrupción del embarazo en la región de mayoría católica.
Pero Francisco excluyó tajantemente el aborto del debate.
“El aborto no es un mal menor, es un crimen”, dijo el pontífice. “Tomar una vida para salvar a otra, eso es lo que hace la mafia, es un crimen, la maldad absoluta”.