La pandemia de covid-19 generó una reducción sin precedentes de 50 por ciento en el ruido sísmico observado en todo el mundo.
De acuerdo con un artículo publicado en la revista Science, con base en la investigación de 76 sismólogos de 66 instituciones en 27 países, la disminución obedece a medidas de distanciamiento social, reducción de la actividad económica e industrial, y las caídas en turismo y viajes.
La reducción de ruido sísmico más fuerte se encontró en áreas urbanas, pero el estudio en el que participó México, a través del Centro de Geociencias de la UNAM, campus Juriquilla, también detectó señales del confinamiento en sensores enterrados a cientos de metros en el subsuelo y en áreas más remotas, como en África subsahariana.
Asimismo, se halló una fuerte coincidencia entre la reducción de ruido sísmico y los datos de movilidad humana, extraídos de aplicaciones de mapeo en teléfonos móviles y puestos a la disposición del público por Google y Apple.
Si bien tradicionalmente la sismología se enfoca a medir las ondas sísmicas que surgen después de un terremoto, los registros sísmicos de fuentes naturales están contaminados por las vibraciones de alta frecuencia producidas por los humanos en la superficie al caminar, conducir automóviles y trenes.
En este contexto, el estudio demostró que las medidas de confinamiento para combatir la propagación de covid-19 condujeron a una reducción de la mitad en el ruido sísmico a nivel mundial.
Los investigadores universitarios Raphael De Plaen y Víctor H. Márquez contribuyeron con el análisis de datos de México, principalmente de la zona metropolitana de Querétaro, donde el Centro de Geociencias cuenta con una red sísmica urbana.