Un hombre ciego a causa de una enfermedad genética degenerativa pudo recuperar parcialmente la vista gracias a una técnica innovadora optogenética y a la estimulación lumínica.
Es la primera vez que esta técnica, llamada optogenética, permite obtener una recuperación parcial de la función visual, afirman los investigadores que implementaron este ensayo clínico, que asocia equipos franceses, suizos y estadunidenses.
El paciente que participó en el estudio está afectado por la retinopatía pigmentaria, una enfermedad genética degenerativa del ojo que provoca la destrucción de las células fotoreceptoras de la retina, causando una pérdida progresiva de la visión que evoluciona generalmente hacia la ceguera.
Cuando antes solo podía percibir la presencia de la luz, la terapia le facilitó localizar y tocar objetos, según el estudio, publicado el lunes por la revista Nature Medicine.
En la visión normal, los fotoreceptores de la retina utilizan proteínas que pueden reaccionar a la energía lumínica, las opsinas, que suministran informaciones visuales al cerebro a través del nervio óptico.
Para restaurar la sensibilidad a la luz, al paciente se le inyectó el gen codificador para una de esas proteínas, llamada ChrimsonR, que detecta la luz ambarina.
Cerca de cinco meses después de haber recibido la inyección, con la finalidad de dar tiempo a su organismo para producir esta proteína en cantidad suficiente, efectuó diferentes ejercicios, equipado de gafas específicas dotadas con una cámara.
Concebidas especialmente por los investigadores, estas gafas facilitan proyectar imágenes de color ámbar sobre la retina del paciente.
“Siete meses después, el paciente comenzó a registrar signos de mejoría visual», afirmaron en un comunicado el Instituto de la Visión (Universidad de la Sorbona/Inserm/CNRS) y el hospital parisino Quinze-Vingts, especializado en optalmología.
“Con la ayuda de las gafas, puede ahora localizar, contar y tocar objetos», agregaron.
La retinopatía o retinitis pigmentaria afecta a una de cada 3 mil 500 personas, según la base de datos Orphanet, y puede comenzar a cualquier edad, con una frecuencia de aparición mayor entre 10 y 30 años.