El expresidente de Brasil asumió la precandidatura del Partido de los Trabajadores para un tercer mandato en el país
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, asumió la precandidatura del Partido de los Trabajadores (PT) para un tercer mandato en el país y aseguró que no tiene miedo de ser encarcelado e inhabilitado políticamente.
“¡Voy a volver!”, advirtió Lula en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, donde el PT gobierna.
Pronunció un discurso combativo ante cientos de personas y grupos sociales que tradicionalmente le apoyan, como el Movimiento de los Sin Tierra (MST).
“Pueden tomar la decisión que quieran, pueden hasta arrestarme”, dijo, al evocar la figura de Tiradentes, pionero en la lucha por la Independencia de Brasil y ejecutado a finales del siglo XVIII por su activismo.
“Van a tener que aprender que no es posible arrestar sueños”, agregó.
Una vez más, el exmandatario, que lidera las encuestas de voto para los comicios presidenciales de octubre, afirmó que hará más en su tercer mandato, y volvió a señalar a la “élite brasileña” como artífice de su proceso judicial.
“Si Lula incomodaba a mucha gente, ahora va a incomodar a mucha más”, aseveró.
“¿Por qué tienen tanto odio de un presidente que tras ocho años tenía aprobación de 87 por ciento de la población?”.
“Una parte del poder judicial, del Ministerio Público, una parte de la Policía Federal y de la prensa brasileña decidieron demonizar al PT”, acusó Lula, quien aseguró que su juicio está basado en convicciones y no en pruebas.
“No sé qué va a pasar en la Justicia. No respeto la decisión que fue tomada contra mí porque es mentirosa y política”, justificó.
El exsindicalista fue condenado en segunda instancia en enero a 12 años y un mes de cárcel por recibir un departamento de tres plantas de la constructora OAS a cambio de favores, mientras tiene más de media docena de causas abiertas en la Justicia.
Él, sin embargo, niega cualquier ilícito y se dice víctima de una persecución judicial para dejarle fuera de las elecciones por medio de la inhabilitación.
Su formación política asegura que Lula da Silva, que gobernó entre 2003 y 2010, es el único candidato de la izquierda.
Ayer, su defensa presentó un recurso ante el tribunal que el pasado enero le condenó en segunda instancia a 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
Los abogados tenían ese plazo para presentar el recurso ante la octava sala del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4) de Porto Alegre.
El recurso, conocido como “embargo de declaración”, no puede modificar la sentencia del TRF4, tan sólo pedir un esclarecimiento de la decisión judicial, y será juzgado por los tres magistrados que componen la octava sala del tribunal, aunque la fecha del análisis todavía debe ser definida.
La condena a Lula da Silva, que podría provocar su inhabilitación e ingreso en prisión en semanas, tiene dividido a Brasil.
Los últimos sondeos mostraron que los problemas judiciales de Lula no influyeron en sus aspiraciones a un tercer mandato: lidera las encuestas con entre el 34 y 37 por ciento de la intención de voto y vencería las elecciones ante cualquier candidato.
Con todo, la mayoría de brasileños, cerca de 53 por ciento, cree que el expresidente debería ser encarcelado.