Una joven que se distrajo con su celular chocó contra las escaleras eléctricas exteriores de una plaza comercial, al nororiente de Mérida, Yucatán
En el accidente, resultaron con lesiones leves dos personas que se encontraban en la estructura de acceso al lugar.
La administración exigió a la joven, quien conducía sin licencia, un millonario pago para ‘perdonarla’ y liberarla de la responsabilidad por los daños y perjuicios.
De acuerdo con información oficial y datos recabados en en lugar, el accidente ocurrió ayer, cerca de las 10 de la mañana, cuando Yumaira B. L. de 18 años de edad,perdió el control del vehículo Mazda CX3, placas ZAE-4544, en el estacionamiento de Plaza Altabrisa.
La distracción ocurrió porque a Yumaria se le cayó de las manos el celular que venía utilizando al momento de conducir. Se agachó para recogerlo y perdió el control del vehículo; cuando quiso detenerlo, pisó el acelerador en vez del freno y por la velocidad subió a la acera y literalmente se ensartó con la escalera eléctrica exterior de plaza, a un costado del supermercado Soriana.
La dama había acudido al centro en compañía de su novio; cuando ésta bajó a sacar dinero del cajero automático, como no había estacionamiento cercano, le pidió a su novia “que diera la vuelta” para darle tiempo de realizar la operación bancaria.
Pero la novia nunca llegó ‘a la cita’… Cuando el joven regresó se topó con la cinematográfica escena del auto, propiedad de su madre, prácticamente con la ‘nariz’ en la escalera eléctrica, y a varios empleados de seguridad, quienes dieron parte a los servicios de emergencia.
En el lugar, los paramédicos atendieron, por lesiones leves, a dos personas que estaban en la escalera: un cliente de la plaza y un trabajador que daba mantenimiento a la estructura.
Se trata de Enrique F., de 62 años de edad, quien descendía de la escalera, por lo que por el golpe fue aventado unos metros; y Víctor I., de 40 años de edad, quien estaba debajo de la escalera y le cayeron encima los pedazos de cristal de los barandales.
Lo peor vino después cuando se supo que la joven no tenía licencia de conducir, que el seguro no quiso hacerse cargo de los daños, y que los padres de la joven no quisieron tampoco respaldarla porque recientemente se había salido de la casa para irse a vivir con el novio.
Trascendió también que la madre del joven, propietaria del carro, estaba por entregar el auto a un comprador.