Según adelantaron este miércoles fuentes diplomáticas y luego confirmó Naciones Unidas, Bachelet es la elegida del secretario general, António Guterres, para reemplazar en el puesto a Zeid Ra’ad Al Hussein
La expresidenta de Chile Michelle Bachelet será la próxima jefa de Derechos Humanos de la ONU, un cargo considerado como uno de los más complejos del mundo y objeto habitual de críticas y presiones por parte de los Gobiernos.
Según adelantaron hoy fuentes diplomáticas y luego confirmó Naciones Unidas,Bachelet es la elegida del secretario general, António Guterres, para reemplazar en el puesto a Zeid Ra’ad Al Hussein.
El diplomático jordano termina su mandato de cuatro años al final de este mes y ya anunció el pasado diciembre que no optaría a la reelección.
Tras consultar a los grupos regionales, Guterres trasladó este miércoles su decisión a la Asamblea General, que debe dar su visto bueno al nombramiento.
Para ello, el presidente de ese órgano, Miroslav Lajcak, convocó una sesión plenaria para este viernes a las 10:00 hora de Nueva York, según una carta publicada por su oficina.
El proceso es tradicionalmente un mero trámite y es habitual que la propuesta del secretario general sea aceptada por aclamación de los Estados miembros, sin necesidad de un voto.
Una vez confirmada, Bachelet se pondrá al frente de la gran maquinaria de derechos humanos de la ONU, con sede principal en la ciudad suiza de Ginebra.
El actual alto comisionado se ha distinguido durante su mandato por mostrarse muy duro con Gobiernos y líderes que a su juicio violan los derechos de sus ciudadanos.
Ese tono beligerante le costó fuertes ataques por parte de numerosos Estados, con algunos como Hungría pidiendo abiertamente su dimisión, y con líderes como el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, lanzando insultos en su contra.
El embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, incluso celebró con un comunicado su salida, acusando al diplomático de “no perder ninguna oportunidad para inventarse falsedades y mentiras sobre Israel”.
Zeid también ha sido muy crítico, entre otros, con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y con los dirigentes europeos que utilizan un discurso xenófobo con los inmigrantes.
“Nosotros no avergonzamos a los Gobiernos, se avergüenzan ellos a sí mismos cuando privan a la gente de necesidades básicas, cuando discriminan a partes de sus comunidades, cuando atizan el miedo…”, se defendió el diplomático la semana pasada en un encuentro con periodistas.
La ONG Human Rights Watch (HRW) destacó que, de ser confirmada, Bachelet asumirá “uno de los trabajos más difíciles del mundo en un momento en el que los derechos humanos están bajo ataque”.
En un comunicado, el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth, destacó que la expresidenta chilena tiene “una perspectiva única” sobre la importancia de una fuerte defensa de los derechos humanos, dado que ella misma fue víctima de torturas durante la dictadura de Augusto Pinochet.
“Gente de todo el mundo dependerá de que ella sea una defensora pública y contundente, especialmente cuando los responsables son poderosos”, apuntó Roth.
La Asociación de Naciones Unidas-Reino Unido, una ONG británica que promueve la labor de la ONU, consideró por su parte que Bachelet sería una “elección sólida” para el puesto, destacando su experiencia en la organización y su trabajo con la sociedad civil.
La expresidenta chilena fue entre 2010 y 2013 la primera directora ejecutiva de ONU Mujeres y su nombre llegó a figurar en algunas quinielas como posible secretaria general, antes de la elección de Guterres.
Actualmente, continúa vinculada con la organización como asesora y lidera una alianza internacional para la salud de las madres, los recién nacidos y los niños.
La dirigente socialista fue presidenta de Chile en dos periodos, entre 2006 y 2010 y entre 2014 y marzo de este año.