Los Foxes cumplieron su más grande sueño y conquistaron la Liga por primera vez en su historia
Nunca hubo mejor escenario para sellar una proeza, y aunque el triunfo no llegó en el Teatro de los Sueños, que parecía el testigo ideal de un rebelde Leicester, la corona cayó en el lugar menos esperado: Stamford Bridge, tras un último empate del Tottenham contra Chelsea.
Los Foxes cerraron la mejor campaña de su historia tras un empate en la ciudad de Manchester, no se impusieron al United, pero con la igualada de los Spurs, llevaron a su máxima expresión la referencia entre David y Golliat, pero en esta campaña el héroe fue un club de raíz humilde y el antagonista la vida misma.
Cada una de sus piezas fue una especie de ‘Cenicienta’: futbolistas excluidos de los grandes reflectores que obtuvieron revancha como un mismo ente. Schmeichel, Drinkwater, Kanté y hasta Vardy se convirtieron en gigantes gracias a un mismo gurú.
Claudio Ranieri fue el chamán en el que se encomendaron las ilusiones del Leicester City; el italiano de 64 años fungió como guía y como mago, como consejero y maestro de un conjunto que se inspiró escuchando a Kasabian y compartiendo una pizza.
Fueron 77 las unidades cosechadas por los Foxes, que apenas perdieron tres partidos hasta el momento de recibir el título, meritorio a cada punto, a cada tanto y a cada momento de emoción, contagiosa con el paso de los días.
La fiebre azul se extendió con el transcurso de las jornadas. Siempre existió la duda; parecía inconcebible admirarles como Campeones de la Premier, pero ellos mismos se encargaron de convertir el sueño en realidad: en una verdad inspiradora.
Kasper Schmeichel, el hijo de una leyenda del futbol inglés, se mantuvo imbatible hasta en 15 ocasiones; Riyad Mahrez pasó de la Segunda División de Francia al título honorífico en Inglaterra y un casi anónimo Vardy se convirtió en el más grande ídolo de una nueva generación.
Esta historia comenzó un 8 de agosto con goleada de 4-2 sobre el Sunderland, y la primer cubetada de agua fría llegó hasta septiembre 26, cuando el Arsenal les goleó por 5-2 en el King Power Stadium, que a partir de esa fecha se convertiría en una fortaleza casi infranqueable.
Tuvieron que pasar otras diez jornadas para que los de Ranieri recibieran su segunda bofetada, a manos del Liverpool en Anfield, y después de ello, sólo les esperaría un revés más, de nuevo cortesía del Arsenal, único equipo que realmente le tomó la medida.
Luego de las tres llamadas de atención llegó el clímax de la campaña: siete victorias y tres empates les guiaron al título, merecido por los sueños alimentados alrededor de todo el mundo, y por la magia misma en la que fueron envueltos durante 36 semanas.
Tal vez el guión de esta proeza no les necesitó más sobre el empastado, y aunque el campeonato llegó tras una igualada ajena, ya habrá tiempo para festejar junto a su gente, en un pletórico King Power Stadium que aún en los momentos más agrios les alentó.
El Leicester City, tan anárquico como sorprendente, forjó su destino de gloria con el mazo de sus ilusiones y escribió una épica para no olvidar. Los Foxes de la 2015/16 pasaron a la historia como la ‘Cenicienta’ que disfrutó de serlo, la que bailó al ritmo de gol hasta el último compás y enamoró al mundo entero gracias a su humilde encanto.