En comparación con las fortunas del resto de los royals, el duque de Edimburgo dejó una modesta herencia, lo más probable es que su heredera sea la reina.
Al parecer, el duque de Edimburgo no era el royal con la fortuna más abundante de la familia real, y es que, recientemente se reveló que la herencia que dejó el esposo de la reina Isabel II es una modesta cantidad y es que, debido a que en el pasado su familia fue destronada y luego exiliada, Felipe no tenía un patrimonio personal hasta que se casó con la soberana.
Cabe recordar que, las pocas joyas que su familia logró sacar de Grecia durante el exilio, se usaron para el regalo de compromiso con la entonces princesa Isabel. La revista Vanity Fair de España publicó que el consorte murió con una fortuna cercana a los 12 millones de euros, una cantidad muy alejada de los 25 millones de euros que algunos medios británicos le atribuían.
Esto significa que la que fortuna del príncipe Felipe no abarca ni un año de ingresos ni de la reina Isabel ni del príncipe Carlos. Por otro lado, también se dejó al descubierto que como era de esperarse, la reina Isabel es su heredera, al parecer por una tradición. Y es que, los royals británicos tiene por costumbre dejar todo a la persona más cercana y que ella, se encargue de repartir al resto de la familia real.
Aunque también pudo heredar a su primogénito, el príncipe Carlos, en realidad obedece a una estrategia para evitar el pago de impuestos. En 1993 el primer ministro John Major reguló sus salarios, propiedades y declaraciones de Hacienda, dando cierta ventaja a la familia real. Esto significa que queda una laguna a través de la que pueden evitar el impuesto de sucesiones británicas.
La realeza británica tiene su propia cláusula para no pagar dicha tasa, que en cualquier caso podría corresponder entre 36 y 40% de la fortuna, en este caso del príncipe Felipe. De hecho, en 2002 cuando murió la reina Madre se adoptó esta cláusula para evitar que, aproximadamente 70 millones de libras en los que estaba valorada la fortuna de la mamá de Isabel II sufrieran un cobro de hacienda.
En ese momento, la solución fue dejárselo todo a la reina Isabel, ya que entre ‘consorte a soberano’ o ‘de soberano a nuevo soberano’, la agencia tributaria británica no interviene. Aunque en el caso del duque de Edimburgo, tampoco era necesaria la existencia de esta cláusula para dejarle todo a su esposa, ya que las parejas casadas también quedan exentas si la herencia completa va directa al cónyuge, pero sí fue un acto para que, si algún día Carlos quiere heredar las posesiones de Felipe, lo haga sin pagar impuestos.
Mientras que el día que fallezca la reina Isabel II, Carlos automáticamente se convertirá en el nuevo soberano podrá heredar toda la fortuna de su mamá sin hacer ninguna contribución al tesoro público del país.