Proviene de su compañero Aaron Taylor-Johnson, con quien Pitt coprotagoniza la nueva película de acción “Bullet Train”
Brad Pitt, de 58 años, ha compartido la pantalla con muchos rostros famosos a lo largo de su carrera cinematográfica de décadas. Según el actor Aaron Taylor-Johnson, quien apareció junto a la leyenda de Hollywood en la película “Bullet Train”, el ganador del Oscar tiene una “lista negra” de aquellos con los que nunca volverá a trabajar.
Pitt tiene anotado a los actores y actrices con los que ha tenido muy buenas experiencias profesionales y con los que, por supuesto, estaría más que dispuesto a volver a trabajar, mientras que en la lista negra se hallan los artistas a los que prefiere evitar.
“Cuando trabajas con tantos actores, y después de un tiempo, empiezas a tomar notas del tipo: ‘Definitivamente no voy a trabajar con esta persona nunca más’. Brad tiene dos listas, una buena y otra mala”, reveló Taylor-Johnson en conversación con Variety.
Una de las actrices que aparecen en la lista “buena” del actor es Sandra Bullock, gran amiga de Pitt. La intérprete estadounidense hizo un cameo en “Bullet Train”, mientras que el actor le devolvió el favor y apareció en su película “The Lost City”, estrenada este año.
Según Taylor-Johnson, Pitt ha cultivado un enfoque específico para rodearse de buena energía a lo largo de su carrera. “Él solo quiere traer luz y alegría al mundo y estar rodeado de personas que están allí para pasar un buen rato”, dijo el actor a Variety sobre Pitt.
Si bien el ex marido de Angelina Jolie aún tiene que confirmar la existencia de esta lista, naturalmente, el jugoso dato compartido por su compañero en “Bullet Train” genera curiosidad sobre con quién se ha negado a trabajar nuevamente en la pantalla grande.
Uno de los actores señalados es Tom Cruise, con quien Pitt nunca ha vuelto a trabajar desde sus papeles icónicos en la película de 1994 “Entrevista con el vampiro”. Hablando con la revista Premiere sobre la dinámica detrás de escena un año después del estreno de la película, Pitt insinuó cierta tensión entre ellos.
“Tienes que entender, Tom y yo caminamos en diferentes direcciones”, explicó Pitt en ese entonces. “Él es el Polo Norte, y yo soy del Polo Sur. Siempre pensé que había una competencia que se interponía en cualquier conversación real”, agregó.
También se especuló que Pitt tuvo una mala relación con Harrison Ford durante la filmación del thriller de acción de 1997 “Enemigo íntimo”.
“Fue la película más difícil en la que he estado. Pero en cuanto a los informes sobre egos fuera de control y personas escondidas en tráilers, ese no fue el caso. Todo el mundo intentaba hacer la mejor película posible dadas las circunstancias”, señaló el actor. “Es absolutamente genial”, dijo Pitt sobre Ford, desacreditando los rumores. Sin embargo, los caminos de los dos aún no se han vuelto a cruzar en un set de filmación.
Pitt fue noticia en los últimos días tras dar a conocer en diálogo con la revista GQ que cree que sufre de prosopagnosia o ceguera facial, un raro trastorno que se caracteriza por la incapacidad de reconocer el rostro de las personas.
El ganador del Oscar por “Érase una vez en Hollywood” dijo a la citada publicación que tiene dificultades para reconocer a las personas y le preocupa que su trastorno haya llevado a que las personas lo vean como “distante, inaccesible”.
“¡Nadie me cree!”, dijo al recordar que esto también es un obstáculo en entornos sociales, sobre todo en fiestas.
Los síntomas de los que el actor habla coinciden con la enfermedad neurológica llamada prosopagnosia, también conocida como “la ceguera de rostros”. Esta es una forma de agnosia (incapacidad de procesar información sensorial) visual.
Este trastorno se caracteriza por la incapacidad de reconocer caras, ya sea de familiares e, incluso, el rostro de uno mismo. Su singularidad es que la persona que lo padece puede distinguir entre las diferentes partes que forman un rostro. Es decir, puede ver los ojos, la boca, la nariz y las piezas que unen una cara, sin embargo, no puede juntar esta información y crear la imagen de un semblante.
Alguien con este padecimiento se puede mirar en el espejo y no darse cuenta de que se está observando así mismo, o al ver una fotografía, ya sea vieja o reciente, tampoco tendrá la capacidad de reconocerse.