La herencia genética no siempre es tan fuerte para influir en tener sobrepeso
La obesidad es un problema inflamatorio sistémico crónico que tiene grandes repercusiones en la salud como sabemos, hemos escuchado, pero no hacemos la mayoría de las veces absolutamente nada.
Pero, ¿por qué es tan difícil adaptarnos a un estilo de vida saludable?
Expertos nutriólogos han comprobado que la ingesta de azúcar en múltiples alimentos desde una edad temprana, como pueden ser jugos, dulces, harinas y refrescos, principalmente, generan una programación en el cerebro que condiciona poco a poco el consumo de azúcar en los seres humanos por el resto de nuestra vida.
En entrevista con el Dr. Arturo Perea de la Academia Mexicana de Pediatría, pudimos entender más acerca de por qué el cuerpo no tan fácilmente responde a los cambios a un estilo de vida saludable, cuando ya se vive con sobrepeso u obesidad.
El Dr. comentó que por un lado tenemos una carga genética que sí puede favorecer a que se desarrolle obesidad, sin embargo todos tenemos totalmente en nuestras manos la oportunidad de poder corregir esta programación genética, con un factor ambiental llamado epigenética.
La epigenética es la encargada de todos aquellos factores externos que forman parte del medio ambiente y que pueden hacer que nuestros genes se apaguen o expresen.
Si se tiene un papá o mamá que no tienen un sano estado nutricional al momento en que se envía la célula para concebir bebé, automáticamente se estará enviando información de que este niño detone los genes heredados.
Ahora lo sabes, sí existe una condición genética para ser candidato a la obesidad, sin embargo, sí se puede corregir la condición con ejercicio y una buena alimentación que puede incluir el uso de edulcorantes no calóricos que están presentes en el mercado. Estos edulcorantes no tienen ninguna repercusión en la salud como comentaba el Dr. Perea y son una alternativa para aquellos que ya viven con obesidad, o incluso para quienes pueden prevenirla, incluyendo su uso en niños.