El pitcher mexicano buscará regresar a la senda del triunfo al Campeón de las Mayores
Cada vez que Ciudad Gótica se encuentra bajo peligro basta con encender la Batiseñal para que los males desaparezcan, no por arte de magia, sino gracias al inagotable heroísmo de Batman. Tal y como ocurre con las Grandes Ligas, donde Dave Roberts solo necesita iluminar los rascacielos de Los Ángeles con la silueta de Julio Urías para sacar a los Dodgers de cualquier apuro de la mano del mexicano que está convertido en un auténtico Caballero de la Noche.
El zurdo de 24 años hará su primera apertura ante los Angels, luego de que su única salida en la Freeway Series fue una aparición de relevo en 2019, cuando permitió una carrera en una entrada y dos tercios de trabajo. Pero esta vez le encomienda es mucho mayor, pues en sus hombros deberá cargar la pesada losa de venir de una barrida en Chicago ante los Cubs, con lo que los Dodgers han perdido 13 de sus últimos 17 encuentros.
La novena angelina y vigente campeona de la Gran Carpa cayó por un espiral de mediocridad en el que el sus abridores tienen una marca de 4-5 en ese periodo, una prueba de que han padecido de solidez con los brazos inicialistas a pesar del buen momento de Urías y Walker Buehler. Además, el bullpen tiene marca de 0-8, por lo quejón su marca de 4-13 en los últimos juegos es la segunda peor en Grandes Ligas, solo detrás de los Detroit Tigers —el peor de toda la MLB—.
Es allí donde aparece Urías con su marca perfecta de 4-0 esta campaña y una racha de 11-0 en sus últimos encuentros en Las Mayores —contando la postemporada—. Desde el séptimo juego de la Serie Mundial de 2019 frente a los Nationals se levantó para volar tan alto como ahora, que está convertido en un superhéroe de la rotación angelina.
Y de hecho, no pierde un juego de temporada regular desde el 9 de agosto del 2019 cuando cayó a manos de los Dbacks, por lo que es el serpentinero con mejor racha de Grandes Ligas seguidos con 11, seguido por Luke Jackson de Braves con 9, Andre Kittretge de Rays con 7 y Walker Buehler con seis. Un auténtico bálsamo para curar las heridas de los Dodgers que llega en el momento perfecto, como hacen los grandes héroes.