DeAndre, el jugador que volvió al lugar donde nunca llegó, convirtió la casa de los Mavericks en un manicomio
Doc Rivers y DeAndre Jordan minimizaron la hostilidad de la afición en el American Airlines Center de Dallas y nunca la pretextaron en la derrota que sufrieron este miércoles por la noche ante los Dallas Mavericks.
Pero es un hecho que el desempeño del centro titular de Los Angeles Clippers distó de ser uno de los mejores de los últimos tiempos, en especial frente a los Mavericks.
Jordan, el jugador que regresó al lugar donde nunca llegó, convirtió la casa de los Mavericks en un manicomio; fue abucheado como pocas veces se ha escuchado en este lugar cada vez que tocó el balón, incluso antes de comenzar el partido.
Al final, Jordan salió con nueve puntos y 11 rebotes en 27 minutos en la derrota que sufrieron los Clippers 118-108 ante los Mavericks.
“Honestamente, pensé que iba a ser mucho peor”, dijo Jordan al término del encuentro en referencia a la presión de los aficionados de Dallas. “Pero estuvo bien. Últimadamente venimos aquí a ganar un partido de basquetbol y no lo conseguimos. Eso fue todo”.
Jordan llegó a un acuerdo verbal con los Mavericks para firmar contrato como agente libre el pasado 7 de julio; cinco días después se retractó, incuso sin utilizar las vías más formales.
Durante los días previos a su primera visita a Dallas desde entonces, medios locales y seguidores de los Mavericks advirtieron que habría una recepción poco amistosa.
Amenazaron con abuchear y presionar a Jordan, como pocas veces se había visto en la NBA. Y así sucedió.
La gran mayoría de los 19,805 aficionados que llenaron el recinto se metieron contra Jordan, aunque nunca sobrepasaron los límites, ni la ley.
El periódico de mayor circulación local publicó una imagen de Jordan con cuernos de “diablo” y pidió a los aficionados que asistieron a la arena se la mostraran cada vez que pudiera.
Una estación de radio pidió que cada vez que Jordan se acercara al balón, en especial en los tiros libres, gritaran tan fuerte como pudieran y trataran de verlo a la cara.
“Creo que las emociones fueron para el público”, dijo el entrenador de los Clippers, Doc Rivers. “Creo que en la duela sólo había dos equipos tratando de ganar un partido de basquetbol. Eso siempre es emocional, pero fuera de eso, en cualquier situación y fecha, ambos equipos hubieran jugado de la misma manera”.
El dueño de los Mavericks, Mark Cuban, reveló minutos antes del juego que no harían sátiras, burlas o exhibirían como personaje central en las pantallas a Jordan para evitar llegar a situaciones violentas.
Además de que fue advertido por la NBA que vigilarían de cerca la situación.
Los aficionados también mostraron su repudio a Jordan con diversas pancartas, que mostraron en especial cuando se acercaba a la línea de tiros libres.
“DeAndre Jordan le has fallado a esta ciudad”, decía una de las cartulinas. “De todos modos, DeAndre ni siquiera puede leer esto”.
“DeAndre Jordan tu palabra es tan mala como tus tiros libres”, escribía otra.
Jordan encestó tres de nueve disparos desde la línea, donde esta temporada promedia apenas poco más de 41 por ciento.
El jugador angelino había promediado 20 rebotes la temporada pasada en tres partidos contra los Mavericks.
– ¿Cómo piensas que manejaste esta situación este verano”, fue cuestionado Jordan.
“Estoy cansado de todas estas viejas preguntas. Hablé al respecto hace tres meses. Como dije, tomé una decisión que era para mi. Espero que con el tiempo la gente entienda eso”, respondió molesto de manera visible afuera del vestidor.
— ¿Hay algo que harías diferente sobre la decisión que tomaste este verano?
“Nada”, respondió categórico.
Los Mavericks demostraron aunque sea por una noche que tienen jugadores para competir, sobre todo Dirk Nowitzki, quien enseñó que aún tiene para responder en las noches importantes.
Nowitzki anotó su mayor cantidad de puntos (31) y logró su primer doble-doble de la temporada, combinado con 11 rebotes, como el jugador principal en la sorpresiva victoria de Dallas.
Pero el alemán dijo que su histórico desempeño nada tuvo que ver con motivaciones personales, como el enfrentamiento con Jordan.
“Cambió su decisión”, dijo Nowitzki, de 37 años. “Cambió de opinión en julio. Eso fue hace como seis meses. Tal vez merezca ser abucheado. Está bien, pero hasta ahí. Nosotros seguiremos nuestro camino como Mavericks y él seguirá el suyo con los Clippers”.