De las 63 víctimas mortales ya han sido identificadas 24, ha informado la ministra de Administración Interna de Portugal, Constança Urbano de Sousa
Un incendio forestal de enormes proporciones desatado este sábado en el centro de Portugal ha causado 63 muertos (treinta de ellos en sus coches) y 135 heridos, lo que ha llevado al Gobierno a calificar el suceso como «la mayor tragedia de víctimas humanas de los últimos tiempos» en el país. De las 63 víctimas mortales ya han sido identificadas 24, ha informado la ministra de Administración Interna de Portugal, Constança Urbano de Sousa.
El último muerto en sumarse la tarde de este lunes es un bombero que ha fallecido mientras estaba ingresado en el hospital, según informa el diario portugués Público.
Las llamas, aún activas en cuatro frentes —en uno de ellos con extrema violencia—, comenzaron la tarde de este sábado por causas desconocidas en el término municipal de Pedrógão Grande, situado en el distrito de Leiria.
La información aportada por las autoridades, centradas por el momento en atender a las víctimas, apuntan a un fuego de bajas dimensiones que, debido a «vientos descontrolados», se convirtieron en «un incendio imposible de controlar».
Así lo explicó a periodistas el secretario de Estado de Administración Interna del Gobierno luso, João Gomes, quien dijo desde Pedrógão Grande que el fuego se propagó de una forma «que no tiene explicación».
El encargado de operaciones de Protección Civil, Elísio Oliveira, ha asegurado este lunes que la situación todavía es «preocupante» en los distritos de Leiria, Coimbra e Castelo Branco. «Tenemos condiciones meteorológicas adversas. No permiten que los medios aéreos, especialmente los internacionales puedan actuar en nuestro operativo», ha señalado Oliveira.
Atrapados y muertos en sus coches
La zona en la que se extendió el incendio, que cuenta con varias aldeas cercanas, es atravesada por carreteras rodeadas de vegetación, lo que facilitó que las llamas cercaran a muchos conductores.
La peor escena se vivió en una carretera que une los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, en el distrito de Leiria, donde 30 personas, entre ellas «familias enteras», según Gomes, perecieron en sus coches.
«Fueron atrapados en una ratonera de humo», dijo a la prensa el presidente de la Liga de los Bomberos de Portugal, Jaime Marta Soares, quien explicó que «cuando las personas entraron en esas carreteras, el incendio podría estar a kilómetros de distancia».
Portugal ha desplegado 687 efectivos de Setúbal, Coimbra y Lisboa para controlar las llamas, tarea en la que ayudan dos aviones llegados desde España y otros medios procedentes de Francia, centrados en evitar el avance del fuego y conseguir acceder a zonas en las que no se descarta que haya más víctimas. A la zona han llegado forenses, policía judicial y equipos de psicólogos, que atienden a supervivientes en estado de shock y que, en muchos casos, han perdido a familiares en el suceso.
La situación ha sido definida por el primer ministro luso, António Costa, como «la mayor tragedia de víctimas humanas» de los últimos tiempos por un siniestro de este tipo en Portugal.
Costa llegó a Pedrógão Grande pasada la medianoche, aproximadamente a la misma hora que el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, quien explicó que las altas temperaturas y el viento estaban dificultando las tareas de extinción.
Asimismo, aseguró que «no hay ni falta de competencia, ni de capacidad, ni de respuesta» ante desafíos de estas características, rechazando así los comentarios que apuntaban a una presunta falta de coordinación entre los equipos de socorro.
El Gobierno de Portugal ha decretado tres días de luto oficial por las víctimas del incendio.
Aviones desde España y Francia
España, Francia e Italia han enviado varios aviones antiincendios para luchar contra el fuego. Francia se comprometió a enviar tres aparatos, mientras que España e Italia enviarán dos aviones cada uno en el marco de este mecanismo que se desplegarán en las zonas afectadas, como Vila Real, Coimbra y Leiria.
España proporcionará en total, también a través de cooperación bilateral, seis aviones, 200 militares y 25 bomberos para participar en las tareas de extinción del trágico incendio que se desató cerca del municipio de Pedrógão Grande.