La Arquidiócesis de Morelia (México) confirmó la suspensión del polémico sacerdote Jesús Alfredo Gallegos Lara, conocido como “Padre Pistolas”.
Mons. Carlos Garfias Merlos, Arzobispo de Morelia, envió el 21 de septiembre una carta a los sacerdotes de su jurisdicción, confirmando la suspensión del llamado “Padre Pistolas”.
“Por medio de la presente comunico a ustedes que, después de haber sido amonestado en repetidas ocasiones, el día 4 de septiembre del presente año he suspendido al Pbro. J. Jesús Alfredo Gallegos Lara, por medio del decreto D15/22”, indica el Arzobispo de Morelia en su carta.
“Por tal motivo, no tiene expedito el uso de licencias ministeriales. Les informo lo anterior pues he tenido conocimiento de que sigue desempeñando el ministerio sacerdotal”, agrega el Prelado.
El Arzobispo de Morelia precisa que, si el P. Gallegos sigue ejerciendo su ministerio sacerdotal, “se hará acreedor a las penas establecidas en el Derecho Canónico”.
En el numeral 1371 del Código de Derecho Canónico se establece que “debe ser castigado con una pena justa” quien desobedece a la Santa Sede, al obispo o al superior “cuando mandan o prohíben algo legítimamente, y persiste en su desobediencia después de haber sido amonestado”.
¿Quién es el “Padre Pistolas”?
El “Padre Pistolas”, de 71 años, es conocido por portar armas y por animar a los fieles a andar armados para defenderse de la violencia y del crimen organizado en el estado de Michoacán.
“¡Hazte de un arma!”, exhortó el sacerdote a los fieles católicos en la homilía de una Misa que presidió en noviembre de 2021.
Desde hace algunos años también ofrece combinaciones de hierbas para curar enfermedades como el cáncer.
El sacerdote servía en el municipio de Chucándiro, a unos 50 kilómetros de Morelia.
Sobre el efecto de sus predicaciones en los católicos, que suelen estar llenas de lenguaje soez, el “Padre Pistolas” dijo en diciembre del año pasado que “la mitad se encabrona, la mitad me felicita y a ningún güey se le olvida”.
Para concluir su carta, el Arzobispo de Morelia dijo a los sacerdotes que “si es necesario, han de comunicar” su decisión “a la comunidad parroquial para que eviten hacerle invitaciones (al Padre Gallegos) a celebrar Misa o algún sacramento”.