Los precandidatos a la Presidencia de Estados Unidos cada vez están más cerca de volverse los abanderados de su respectivo partido
Donald Trump tuvo un resonante triunfo en las elecciones primarias republicanas del martes, al ganar la mayoría de los delegados en siete de los 11 estados en disputa y dio un paso enorme hacia la candidatura presidencial.
Su victoria fue un golpe para el senador Ted Cruz, que esperaba impulsar su nominación sobre triunfos en los mismos estados del sur de Estados Unidos en los que se desarrollaron las votaciones partidistas de ayer, y para el también senador Marco Rubio, pese a su primer triunfo, en los caucus de Minnesota.
Cruz obtuvo triunfos en Texas y Oklahoma, que le permiten presentarse como una alternativa.
Con sus victorias, Trump obtuvo la parte del león de los 595 delegados en juego en el campo republicano, que se reparten proporcionalmente. De acuerdo con reportes de la prensa estadunidense, sus asesores esperaban lograr “al menos” 245, que se sumarían a los 83 con que llegó a la fecha, para darle una cómoda ventaja respecto a sus rivales.
Según la prensa de Estados Unidos, Trump obtuvo 248 delegados.
La importancia de las votaciones del martes se puede medir por el número de delegados: se necesitan mil 237 para obtener la nominación.
Por otra parte, una exhibición de fuerza del senador Bernie Sanders oscureció lo que fue al mismo tiempo una noche de victorias para Hillary Rodham-Clinton, que impulsada por el voto de minorías étnicas, especialmente negros, ganó la mayoría de las primarias demócratas realizadas el “súper martes”.
Clinton ganó en siete estados y el territorio de la Samoa estadunidense, pero Sanders, senador por Vermont, logró triunfos en cuatro: Vermont, Oklahoma, Colorado y Minnesota.
Los demócratas votaron en 11 estados y tal como se esperaba, Rodham-Clinton prevaleció en la mayoría de ellos, en lo que ella y sus partidarios esperan sea un pivote de la campaña. Tiene tantos como 965 delegados frente a los 317 atribuidos tentativamente a Sanders.