El expresidente salvadoreño Elías Antonio Saca también admitió que destinó dinero a empresas que no prestaban servicios al Gobierno ni al Estado y que adquirió terrenos e inmuebles con fondos públicos
El expresidente de El Salvador Elías Antonio Saca aceptó el jueves formalmente ante un tribunal su culpabilidad por la participación en una red gubernamental para lavar más de 300 millones de dólares provenientes de fondos públicos durante su gestión.
Saca, quien dio testimonio durante casi tres horas, detalló una serie de operaciones que realizó junto a otros funcionarios para sustraer dinero asignado a la presidencia y moverlo a diferentes cuentas, en beneficio propio y de terceros, durante su mandato 2004-2009.
“Dicha normativa me permitía asegurar la aparente legalidad en el manejo de los fondos públicos, aprovechar su uso y apropiármelos en beneficio personal y de otras personas”, confesó Saca ante un tribunal de San Salvador compuesto por tres jueces de sentencia.
También admitió que destinó dinero a empresas que no prestaban servicios al Gobierno ni al Estado, y que adquirió terrenos e inmuebles con fondos públicos.
El exmandatario acordó en julio con la fiscalía general declararse culpable a cambio de recibir un proceso abreviado y reducir su pena de 30 a 10 años de prisión, una polémica decisión que ha generado una ola de críticas al sistema judicial salvadoreño.
De acuerdo con la investigación de la fiscalía, Saca y seis de sus funcionarios desviaron dinero proveniente del erario y lo trasladaron a 16 cuentas particulares utilizadas para beneficiar a personas naturales, empresas radiales del expresidente, y pagar publicidad para el entonces partido oficialista ARENA.
El exmandatario, un empresario de 53 años que fue detenido en octubre de 2016 durante la celebración de la boda de uno de sus hijos, gobernó el empobrecido país centroamericano entre 2004 y 2009.