El Gobierno de Estados Unidos aumentará los procesos judiciales contra los padres que ingresen ilegalmente al país
El Gobierno del presidente Donald Trump aumentará los procesos judiciales contra los padres que ingresen ilegalmente a Estados Unidos y coloquen a sus hijos bajo custodia de protección, redoblando los esfuerzos por aplicar de forma más estricta la ley de inmigración, dijeron este lunes funcionarios.
El fiscal general, Jeff Sessions, y el director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, Thomas Homan, dijeron que la política no es nueva y que el Gobierno está extendiendo los procedimientos que vigentes.
Ambos hablaron en Friendship Park, San Diego, en la frontera con México.
“Siempre hemos separado familias en dos situaciones, una cuando no podemos establecer que son sus padres y ese niño está siendo víctima de trata de personas”, explicó Homan, y agregó que los traficantes de inmigrantes a veces se hacen pasar por padres de niños que no son suyos. “La segunda situación es cuando enjuiciamos”, agregó.
“Personas están muriendo tratando de ingresar a este país. Hay una forma correcta de hacerlo y una manera incorrecta de hacerlo”, expresó Homan, quien ya informó que dejaría del cargo este año.
En abril, Sessions anunció una política de “tolerancia cero” bajo la que se enjuiciará en una corte federal a las personas que ingresen ilegalmente a Estados Unidos.
Previamente, las personas detenidas que cruzaban ilegalmente la frontera a menudo eran deportadas sin que se presentaran cargos criminales en su contra.
Una persona detenida por la patrulla fronteriza y remitida a un tribunal federal para enfrentar cargos es llevada a la cárcel por el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos. Si viaja con hijos, los niños son puestos bajo custodia del Gobierno en la Oficina de Reubicación de Refugiados, dijo Sessions.
“Si cumplimos con nuestro deber de enjuiciar a la mayoría de los casos, entonces los niños inevitablemente serán retenidos”, dijo Sessions, hablando por encima de los gritos de un manifestante que empleaba un megáfono y música de mariachi desde el lado mexicano de la frontera.