La responsable de escuelas públicas Janice Jackson dijo que vitará compartir cualquier información de los alumnos
Mientras los educadores de todo Estados Unidos se plantean si la campaña de persecución de inmigrantes llegará a las puertas de sus aulas, los directores de escuela en Chicago han recibido una orden sencilla: no permitan la entrada de agentes federales de inmigración sin una orden judicial.
La postura de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés), el tercer distrito escolar más grande del país, es de las más audaces hasta ahora entre los distritos que han anunciado medidas para proteger a personas que puedan estar en el país sin permiso de residencia.
El martes, el gobierno del presidente Donald Trump amplió el espectro de candidatos a la deportación, lo que avivó la preocupación de que haya familias divididas en todo el país.
El temor aumenta en distritos como Chicago, donde casi la mitad de los 381 mil estudiantes son hispanos, y se cree que las autoridades migratorias podrían detener a los padres en el exterior de la escuela y a los niños dentro.
En su nota del martes a los directores de Chicago, la responsable de escuelas públicas, Janice Jackson, instó no sólo a mantener fuera a los agentes de inmigración, sino a evitar compartir con los agentes información del expediente de cualquier alumno y a trazar planes para la posibilidad de que se detenga a los padres mientras sus hijos están en la escuela.
“Para ser muy claros, el CPS no proporciona asistencia al ICE en el cumplimiento de la ley federal civil de inmigración”, escribió Jackson.