El papa Francisco aprovechó de nuevo la ocasión de su mensaje de Pascua, asomado al balcón central de la fachada de San Pedro, para hacer un largo repaso de los dramas que sacuden al mundo como las guerras, la inmigración o el desempleo en Europa.
Ante una plaza de San Pedro rodeada de fuertes medidas de seguridad y en un mensaje retransmitido en 160 televisiones de todo el planeta, Francisco también quiso enviar su deseo de “que los representantes de las Naciones tengan el valor de evitar que se propaguen los conflictos y de acabar con el tráfico de las armas”.
En este mensaje que precede a la bendición ‘Urbi et Orbi’ y que otorga la indulgencia (perdón de los pecados) para todos los fieles que la reciban por los diferentes medios de comunicación, Francisco habló de la esperanza que trae para los católicos la resurrección de Jesús.
Y entonces deseó que “en los momentos más complejos y dramáticos de los pueblos, el Señor Resucitado guíe los pasos de quien busca la justicia y la paz; y done a los representantes de las Naciones el valor de evitar que se propaguen los conflictos y de acabar con el tráfico de las armas”.
“Que en estos tiempos el Señor sostenga en modo particular los esfuerzos de cuantos trabajan activamente para llevar alivio y consuelo a la población civil de Siria, víctima de una guerra que no cesa de sembrar horror y muerte”, rogó.