El multimillonario fundador de Patagonia dona la empresa de moda de aventura para luchar contra el cambio climático

«La Tierra es ahora nuestro único accionista».

Así comienza la carta pública escrita por el multimillonario Yvon Chouinard. En ella, el empresario estadounidense anuncia su decisión de donar la empresa que fundó hace casi medio siglo a la lucha contra el cambio climático.

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Chouinard, de 83 años, es el fundador Patagonia, la compañía de ropa y equipos para actividades al aire libre con sede en California cuyo valor se estima en US$3.000 millones.

Patagonia ya donaba el 1% de sus beneficios anuales a organizaciones y grupos ambientales. Pero era necesario hacer más, afirma el empresario en su mensaje.

«Si tenemos alguna esperanza de un planeta próspero, mucho menos un negocio, será necesario que todos hagamos lo que podamos con los recursos que tenemos».

La propiedad de Patagonia será transferida a un fideicomiso y a una organización sin fines de lucro.

Y todas las ganancias que no se reinviertan en el funcionamiento del negocio se destinarán a combatir el cambio climático.

Chouinard estimó que las ganancias que se donarán con ese fin serán de unos US$100 millones al año, dependiendo de la salud de la compañía.

«En lugar de extraer valor de la naturaleza y transformarlo en riqueza para inversores, estamos utilizando la riqueza que genera Patagonia para proteger a la fuente de toda la riqueza», afirma el empresario en su carta.

Una solución novedosa

Chouinard señala que consideró inicialmente vender la empresa y donar todo el dinero obtenido a organizaciones ambientales.

«Pero no podíamos estar seguros de que un nuevo propietario mantendría nuestros valores o a nuestros empleados en todo el mundo», señaló.

Otra posibilidad era hacer la compañía pública mediante lo que se conoce como una oferta pública de adquisición, una operación en el mercado de valores para vender todas o parte de las acciones.

«Habría sido desastroso. Incluso las compañías públicas con buenas intenciones están sometidas a una gran presión para generar ganancias a corto plazo», señala Chouinard, quien optó en cambio por una solución novedosa.

El 100% de las acciones con derecho a voto de la empresa se transferirán a un fideicomiso, Patagonia Purpose Trust, creado para proteger los valores de la empresa; y el 100% de las acciones sin derecho a voto serán entregadas a Holdfast Collective, una organización sin fines de lucro dedicada a combatir la crisis ambiental y defender la naturaleza.

«Necesitábamos encontrar una manera de invertir más dinero en la lucha contra la crisis ambiental manteniendo intactos los valores de la empresa», agrega el empresario.

«Podemos salvar al planeta»

Patagonia nació en 1973, cuando Chouinard transformó su pasión por escalar en su fuente de sustento.

«Nunca quise ser un hombre de negocios. Empecé como artesano, fabricando material de escalada para mis amigos y para mí, y luego me dediqué a la indumentaria», señala el empresario.

«A medida que comenzamos a ser testigos del alcance del calentamiento global y la destrucción ecológica, y de nuestra propia contribución, Patagonia se comprometió a usar nuestra empresa para cambiar la forma en que se hacían negocios».

La marca Patagonia ha tenido seguidores fieles durante décadas por sus acciones por la sostenibilidad, como garantizar su ropa de por vida y ofrecer reparaciones a precios razonables.

Un anuncio célebre de la compañía fue el titulado «No compres esta chaqueta», en el que se pedía a los consumidores considerar el impacto de sus compras en el medio ambiente.

El empresario finaliza su carta con una reflexión.

«A pesar de su inmensidad, los recursos de la Tierra no son infinitos y está claro que hemos excedido sus límites».

«Pero también es resiliente. Podemos salvar nuestro planeta si nos comprometemos en ello».

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