El Chapo usó una pista del Gobierno mexicano para escapar

Un vídeo difundido por la PGR revela que la aeronave despegó del Instituto Mexicano del Transporte

La madrugada del 12 de julio de 2015, cuando Joaquín Guzmán Loera escapó del penal del Altiplano en el Estado de México, se trasladó vía terrestre a un municipio de la entidad vecina de Querétaro. Acompañado por sus cómplices, despegó en su aeronave de una pista del Instituto Mexicano del Transporte (IMT). La instalación federal les permitió a sus pilotos trasladarlo hasta el triángulo dorado, la zona serrana conformada por los Estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango, donde se escondió mientras estuvo huyendo de la justicia.

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El Instituto Mexicano del Transporte realiza labores de investigación aplicada, desarrollo y adaptación de tecnologías. El organismo forma parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y tiene como objetivo “apoyar la toma de decisiones en el sector del transporte, tanto público como privado”. Sus instalaciones en Querétaro tienen una superficie de 80 hectáreas.

La información dada a conocer por el diario Reforma se desprende del video que difundió la propia Procuraduría General de la República (Fiscalía) el pasado miércoles. En la grabación, de 19 minutos, se detalla la fuga y recaptura del líder del cartel de Sinaloa el 8 de enero. En el relato oficial se expone que la aeronave en la que huyó del penal de máxima seguridad despegó de una pista de fumigación ubicada en un terreno federal, localizado a 25 kilómetros de la autopista México-Querétaro. En las imágenes, sin embargo, se aprecia la parte trasera de las instalaciones del IMT, ubicadas en la localidad de Pedro Escobedo, a dos horas de distancia de la Ciudad de México.

El video de la fiscalía mexicana fue retirado de la página electrónica de la dependencia el mismo mediodía del miércoles, pocas horas después de hacerse público. En la información que contenía se destacaba el trabajo de inteligencias de las autoridades federales y se explicaba cómo se construyó el túnel de casi kilómetro y medio de longitud por donde huyó el capo sinaloense.

En un mensaje dirigido a los medios de comunicación el día de la recaptura del narcotraficante, la fiscal Arely Gómez contó que una vez que El Chapo abandonó el túnel se trasladó vía terrestre a un municipio de Querétaro y que desde una pista despegaron dos avionetas. En una de ellas viajaba Guzmán Loera con su cuñado y su piloto de confianza. La aeronave, según reveló el diario La Jornada el año pasado, aterrizó en Culiacán, la capital del Estado de Sinaloa y cuna delcártel que encabeza Guzmán. Ahí, el capo y sus acompañantes se trasladaron a Bastantitas, un poblado de Durango, situado en el fondo de una barranca en la sierra madre occidental.

Las autoridades federales emprendieron una cacería en el triángulo dorado para dar con su paradero. Según contó Gómez, “las tareas de inteligencia” permitieron precisar su localización en un rancho de Pueblo Nuevo, en Durango, donde elementos de la Marina realizaron un operativo para capturarlo. Sin embargo, los marinos que lo perseguían desde un helicóptero decidieron no disparar porque el narcotraficante iba acompañado de una niña y dos mujeres. Así logró huir la primera vez.

EL CALZÓN QUE DELATÓ AL CUÑADO DEL CHAPO

El calzón de Edgar Coronel Aispuro, cuñado de Joaquín Guzmán Loera, sirvió a la PGR para identificar quién ayudó a El Chapo a fugarse del penal de máxima seguridad. La ropa interior con restos de orina fue localizada en la casa donde se construyó el túnel que conectaba a la celda 20 del Altiplano por donde escapó el capo.

Los estudios periciales realizados a la prenda permitieron determinar que el perfil genético encontrado correspondía al hermano de la esposa de Guzmán Loera, da a conocer el diario El universal. El joven detenido por las autoridades fue uno de los encargados de la organización y supervisión del plan de fuga. Actualmente, Coronel Aispuro está preso por delitos contra la salud, portación de arma y evasión de reo.

En la casa ubicada en un terreno cercano a la cárcel, las autoridades encontraron cabellos, saliva, papel sanitario y colillas de cigarro. Estos indicios permitieron obtener 13 perfiles genéticos que llevaron a identificar a los participantes.

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