Ejercicio: fuente real de juventud

Mantenerte activo puede detener el envejecimiento

Rejuvenecer o detener el proceso de envejecimiento es la promesa de millones de cosméticos, productos naturistas, dietas y cirugías, pero ¿cuál es el único método que es prácticamente gratis y que tiene resultados científicamente comprobados? El ejercicio. Un estudio publicado en The Proceedings of the National Academy of Sciences demostró que el ejercicio reduce y elimina casi todos los efectos negativos del envejecimiento.

Publicidad

Ante las peores condiciones, hacer ejercicio salva

Conforme una persona envejece, sus genes desarrollan mutaciones que afectan la capacidad de su cuerpo para reparar y regenerar células: las mitocondrias empiezan a fallar y morir, las células dejan de tener combustible y comienzan a morir. Los músculos y genitales se encojen, el cerebro pierde volumen, el pelo se cae y pierde su color. El cuerpo envejece por dentro y por fuera.

El Dr. Tarnopolsky, atleta entusiasta, hizo un experimento con ratones que tenían una mutación que afectaba el proceso de recuperación de las mitocondrias, por lo que estaban predispuestos a envejecer más rápido. Cuando los ratones alcanzaron los ocho meses de edad (equivalente a 60 años de humano), sus cuerpos eran frágiles, sus músculos débiles, su cerebro se había encogido, sus corazones fallaban y su pelo tenía canas. Apenas se movían. Todos los ratones murieron antes de cumplir un año de vida. Todos, menos los ratones que se ejercitaban.

Los resultados, científicamente comprobados

Aunque todos tenían el gen que aceleraba el envejecimiento, sólo a la mitad de los ratones se les permitía correr por 45 minutos, tres veces al día, en una rueda. Para efectos del estudio, los ratones tenían que mantener un paso enérgico: “era el equivalente a que una persona corriera 10 kilómetros en 55 minutos”, explica el Dr. Tarnopolsy al New York Times.

Los ratones estuvieron en este régimen de ejercicio por cinco meses. Mientras que sus compañeros sedentarios estaban perdiendo pelo y empezaban a morir, los ratones corredores se mantuvieron jóvenes: el color de su pelo no había cambiado, su cerebro mantenía el mismo volumen y sus músculos no habían perdido masa. Sus gónadas y corazón se mantenían saludables.

El resultado más sorprendente del experimento fue que los efectos del gen que se les había insertado artificialmente se habían reducido: los ratones tenían más mitocondrias y menos mutaciones que los ratones que no hacían ejercicio. Todos los ratones que corrieron durante el experimento sobrevivieron el año de vida.

Publicidad