«Este estudio es una prueba de concepto de que podemos diseñar el sistema inmunitario para crear un entorno en el que se puedan producir los anticuerpos correctos», sintetiza uno de los autores, Barton Haynes.
Un grupo de científicos estadounidenses logró probar en animales la posibilidad de hacer que el sistema inmune luche contra el VIH, lo que abriría el camino a la creación de una vacuna contra esa enfermedad para los humanos, indica un artículo publicado el 5 de diciembre en la revista Science.
Como es sabido, el virus puede ser destruido por las moléculas llamadas anticuerpos ampliamente neutralizantes (bNAbs, por sus siglas en inglés). Sin embargo, estas moléculas normalmente son consideradas por el sistema inmune humana como una amenaza. Además, requieren raros cambios genéticos en las células linfocitos B, elemento fundamental en la creación de los anticuerpos. La nueva tecnología permite eludir esas limitaciones.
«Nuestro artículo en Science muestra que se pueden superar algunos de los principales obstáculos en el desarrollo de los bNAbs del VIH», señala en una declaración el autor principal de artículo, el doctor Kevin Saunders.
En particular, los científicos lograron inmunizar ratones genéticamente alterados, que cuentan con precursores de anticuerpos humanos, haciendo que los linfocitos B crearan bNAbs.
«Nuestra capacidad para hacer un ratón modelo que exprese anticuerpos humanos ampliamente neutralizantes ha proporcionado nuevos modelos experimentales poderosos, en los que podemos probar de forma iterativa vacunas experimentales contra el VIH», señaló uno de los autores del estudio, Frederick Alt.
Posteriormente, los investigadores repitieron el experimento en primates no humanos, utilizando en ese caso otro linaje de bNAbs, y obtuvieron resultados similares.
«Identificamos las mutaciones necesarias, que el sistema inmunitario no producirá fácilmente, y podemos seleccionarlas en una vacuna que se dirige a esa mutación», explica Saunders.
No obstante, la creación de una vacuna eficaz y duradera requiere continuar la labor, indica Kevin Wiehe, que también participó en el estudio.
«Sin una selección de antígenos adecuada, se necesitarán varias décadas de vacunación para obtener anticuerpos efectivos. Podemos reducir ese plazo diseñando inmunógenos secuenciales que seleccionen la combinación requerida de mutaciones de anticuerpos funcionales», dice el médico.
Con todo eso, el método puede ser aplicado no solo al tratamiento del VIH, sino también a las terapias del cáncer y las enfermedades autoinmunes.
«Este estudio es una prueba de concepto de que podemos diseñar el sistema inmunitario para crear un entorno en el que se puedan producir los anticuerpos correctos», sintetiza uno de los autores, Barton Haynes.