El presidente de Chile, Gabriel Boric, prometió apoyar proceso de redacción de nueva Constitución tras fracaso del primer intento.
Los partidos de la derecha opositora en Chile obtuvieron el domingo la mayoría de los votos en la elección para designar a los redactores de un proyecto de nueva Constitución, un brusco giro desde la abrumadora mayoría de izquierda que elaboró el primer y fallido intento de cambiar la carta magna.
Con 83.56% de las mesas de votación escrutadas, la autoridad electoral Servel informó la noche del domingo que el Partido Republicano, liderado por el excandidato presidencial de la derecha dura José Antonio Kast, resultó en primer lugar con 36% de los votos.
Una coalición de partidos de la derecha tradicional y centro derecha, por su parte, obtuvo 21.2%, mientras que el bloque de partidos izquierdistas del gobierno de Gabriel Boric ganó un 28.2% de los votos.
Otro bloque de partidos de centro izquierda obtuvo 9.02%.
El Servel no informó de inmediato cuántos redactores había elegido cada partido.
El nuevo Consejo Constitucional tendrá 50 miembros y los artículos necesitarán una mayoría de tres quintos para ser aprobados e incluidos en la propuesta, que se someterá a plebiscito el 17 de diciembre. En el primer proceso se exigía una mayoría más robusta de dos tercios de los votos para la aprobación de las normas.
«Podemos respirar un poco más tranquilos y aliviados. Hoy es el primer día de un futuro mejor, de un nuevo comienzo para Chile» dijo Kast, que perdió en el balotaje con Boric, en una de las primeras reacciones tras conocerse los resultados.
«Chile ha derrotado a un gobierno fracasado», añadió.
La elección del domingo es el paso más reciente de un proceso que arrancó a fines de 2019, tras un período de intensas protestas callejeras, que busca la redacción de una nueva Constitución que reemplace a la vigente, que data de la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Casi un 80% de los chilenos votó en 2020 por redactar una nueva carta magna, pero el proceso que se abrió a partir de ese voto fracasó en septiembre del año pasado cuando casi un 63% de los electores, en unos comicios de participación histórica, rechazaron la propuesta.
Ese primer proyecto fue redactado por constituyentes mayoritariamente independientes y de izquierda y se centró en amplios beneficios sociales, derechos medioambientales, paridad de género y derechos indígenas, entre otras materias.
El presidente Boric, que asumió el mando en marzo del año pasado , llegó al poder en una ola de optimismo en torno a la reforma, pero sus índices de aprobación se han desplomado desde entonces debido a que la economía en desaceleración, la inflación alza y el avance del crimen se han convertido en las principales preocupaciones de los votantes.
El fracaso del primer intento también significó una dura derrota política para Boric y su gobierno, que lo consideraban clave para promover reformas. En este segundo intento el mandatario se ha mantenido a distancia, pero prometió apoyarlo.
«El gobierno no se inmiscuirá en el proceso y vamos a respetar plenamente la autonomía del órgano en su deliberación», dijo más temprano tras emitir su voto en su ciudad natal en el extremo sur de Chile, asegurando que el gobierno actuaría como garante y apoyaría las solicitudes del nuevo consejo.
«Como país tenemos una oportunidad histórica para reconciliarnos después de las fracturas que hemos vivido. Esta vez no hay margen de error», añadió.
Los redactores constitucionales que sean elegidos el domingo comenzarán su trabajo en junio sobre la base de un borrador elaborado desde marzo por 24 expertos designados por el Congreso.