Gobierno del Estado impulsa el Programa de Reconversión Productiva para que cultivos consuman menos agua y sean más rentables
Con el objetivo de que los agroproductores diversifiquen sus siembras para que consuman menos agua y tengan una mayor rentabilidad, el Gobierno del Estado impulsa el Programa de Reconversión Productiva, a través del cual se promueve una serie de cultivos que les garantizan una mayor y mejor producción.
Prueba de ello es la familia de Anda, que llevó a cabo una gran transformación en su Rancho Mitawa al cambiar de la producción de leche a la siembra de higo, una conversión que hoy les permite cosechar toneladas de esta fruta, reducir el uso de agua y obtener mayores ganancias en el mercado.
Héctor de Anda Ávila mencionó que durante 40 años la familia se dedicó a la producción lechera, pero decidieron apostar por un nuevo rumbo con grandes resultados que les ha permitido enviar parte de su producción a Monterrey.
«El rancho tenía más de 40 años de ser lechero, pero decidimos convertirnos al cultivo de higo. Ha sido un éxito, hemos estado creciendo; comenzamos con cuatro toneladas y este año esperamos alcanzar alrededor de 24 toneladas de producción», explicó Héctor.
El emprendimiento no se detuvo ahí, pues su mamá y su tía se sumaron al proyecto, aprendiendo a elaborar mermelada artesanal de higo con y sin azúcar, la cual ha sido muy bien recibida en el mercado.
Isidoro Armendáriz García, titular de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroempresarial (Sedrae), resaltó que el higo forma parte del Programa de Reconversión Productiva, destinado a ampliar y fortalecer las oportunidades agrícolas del estado.
«El campo de Aguascalientes y sus agricultores tienen mucho que ofrecer. Por eso, la gobernadora Tere Jiménez nos ha pedido que difundamos todas las posibilidades agrícolas para que los productores puedan diversificar sus cultivos, consumir menos agua y mejorar sus ingresos», subrayó Armendáriz García.
Cabe mencionar que el higo es considerado una de las frutas más antiguas de la historia, aparecía en jeroglíficos egipcios de hace más de 4 mil años; además de ser un alimento valioso por su alto contenido de potasio y calcio, lo que lo convierte en un aliado contra la anemia.