La Catedral de Notre Dame será reconstruida tal como era antes del devastador incendio del año pasado.
No habrá piscina ni jardín orgánico en el techo del medieval monumento parisino, tampoco una aguja contemporánea de cristal ni algún otro toque de modernidad. Y para mantener su precisión histórica, se reconstruirá nuevamente con plomo potencialmente tóxico.
Ese es el veredicto del presidente de Francia Emmanuel Macron, los arquitectos actuales de la catedral y el general a cargo del enorme proyecto de reconstrucción de uno de los monumentos más reconocidos a nivel mundial.
Macron, quien quiere que Notre Dame reabra sus puertas a tiempo para los Juegos Olímpicos de 2024, promovió inicialmente un retoque moderno en la catedral, lo que provocó propuestas descabelladas de arquitectos de todo el mundo.
Pero Macron optó por una postura tradicionalista, y aprobó los planes de reconstrucción para el monumento del Siglo XII que fueron presentados el jueves, según un comunicado de la agencia estatal responsable del proyecto.
El plan incluye recrear la aguja del Siglo XIX de Viollet Le Duc que colapsó en el incendio y ‘promueve la fidelidad de la forma del monumento y una restauración de la catedral a su forma más reciente’, según el comunicado.
Eso significa el estado en que se encontraba Notre Dame la tarde del 15 de abril de 2019, antes de que se originara un incendio bajo su techo que derribó la aguja, consumió el techo y amenazó las torres que mantienen a la catedral en pie.
Más de un año después, la estructura sigue siendo inestable. Tomó casi un año deshacerse de los peligrosos residuos de plomo que liberó el incendio y llegar al punto en que los trabajadores pudieron comenzar a remover el andamiaje que se encontraba antes del incendio. La reconstrucción no comenzará hasta el próximo año.
El plan de reconstrucción presentado el jueves señala que replicará materiales originales ‘para garantizar la autenticidad, armonía y coherencia de esta obra maestra del arte gótico’.
Esos materiales incluyen originalmente toneladas de plomo, lo que ha inquietado a grupos de salud y medioambientales. El plomo tóxico que liberó el incendio obligó a las escuelas de la zona a cerrar y provocó una ardua y prolongada labor de limpieza en el histórico vecindario ubicado en una isla en el centro de París.