Bolivia en incertidumbre tras renuncia de Evo

Bolivia vive sus horas más duras de los últimos 14 años, luego de que este domingo el presidente Evo Morales renunció a la primera magistratura del país, luego de que en los últimos 21 días se vivió una ola de protestas y violencia en aumento por acusaciones de fraude electoral.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, confirmó este domingo su renuncia a la Presidencia después de casi 14 años en el poder, en un video en el que también hace un llamado a la pacificación del país.

Publicidad

El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, y la senadora Adriana Salvatierra renunciaron también a sus cargos, como continuidad a una ola de renuncias cuyo fin no se vislumbra.

Con la renuncia de Salvatierra a la presidencia del Senado, la sucesión constitucional para ocupar la Presidencia boliviana queda en un estado incierto.

De acuerdo con las leyes de la nación andina, en caso de que el presidente y el vicepresidente del Estado Plurinacional no puedan ejercer, como ocurre en este momento tras las renuncias de Evo Morales y Álvaro García Linera, al frente del Ejecutivo quedaría quien fuera presidente de la Cámara de Senadores.

Morales denunció un «golpe de Estado» encabezado por el dirigente de oposición política Carlos Mesa, candidato presidencial perdedor de Comunidad Ciudadana (CC), y Fernando Camacho, jefe del Comité Cívico de Santa Cruz, quienes desconocieron la reelección de Morales tras las pasadas elecciones del 20 de octubre.

Morales, tras presentar su renuncia, pidió a Carlos Mesa y Fernando Camacho, que instruyan a sus sectores movilizados que cesen las agresiones contra sectores humildes de la población.

Este domingo la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) emitió un documento preliminar en el que llama a la celebración de nuevas elecciones para pacificar las acciones violentas de la oposición y expuso sus dudas sobre la victoria del mandatario en los comicios de octubre.

En tanto, la comunidad internacional se encuentra dividida entre quienes celebran su dimisión, la respetan o la condenan.

El expresidente boliviano y principal opositor a Morales en los polémicos comicios del 20 de octubre, Carlos Mesa, calificó el acontecimiento como el “fin de la tiranía”, en un “día único” y de “lección histórica”.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, argumentó que las denuncias de “fraude electoral” generaron la renuncia del mandatario boliviano y consideró como una lección la necesidad de “contar los votos que se pueden auditar.

En contraste, el expresidente de esa nación Luiz Inácio Lula da Silva, liberado de prisión el pasado viernes, lamentó que “América Latina tenga una élite económica que no sepa cómo vivir con la democracia y la inclusión social de los más pobres”.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, se unió a las críticas de que la renuncia es un “violento y cobarde golpe de estado”, generado por la derecha, que “atenta contra la democracia”.

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, quien también calificó el acontecimiento como “golpe de Estado” señaló que “los movimientos sociales y políticos del mundo nos declaramos en movilización para exigir la preservación de la vida de los pueblos originarios bolivianos”.

El gobierno de Colombia solicitó una “reunión urgente” del consejo permanente de la OEA, a fin de buscar soluciones a la compleja situación institucional que se presenta en el Estado Plurinacional de Bolivia”, indicó la Cancillería.

Bolivia fue gobernada durante casi 14 años por Evo Morales, quien se disponía a iniciar un nuevo mandato tras la elección del 20 de octubre, la cual fue cuestionada por la OEA, hecho que, unido a la ola de protestas e inestabilidad social y a las amenazas a su familia y las de sus partidarios, lo obligó a tomar la decisión de renunciar.

Publicidad