América tuvo que venir de atrás para conseguir una victoria 2-1 y sumar su séptimo título
América tuvo que venir de atrás para conseguir una victoria 2-1 y quedarse con el título de la Liga de Campeones de Concacaf.
La Final de la Concachampions no podía tener un desenlace sin drama en la cancha del emblemático Estadio Azteca. Desde los primeros instantes, ambas escuadras mostraron el hambre de convertirse en el representante de la zona en el Mundial de Clubes.
América y Tigres intercambiaron el control de las acciones, con dos de los ataques más potentes del futbol mexicano, Águilas y felinos intentaron imponer sus condiciones, pero las defensar se mantuvieron a la altura gran parte del encuentro.
El jugador más esperado de la serie por fin apareció al 38’, André-Pierre Gignac aprovechó una diagonal para contactar el esférico con la pierna derecha, mandarlo al fondo del arco y silenciar gran parte de la del coloso de Santa Úrsula.
Con el marcador global de 2-1, Ferretti y Ambriz movieron sus piezas en busca de una anotación.
Al 66’, Gignac pudo empatar el tanto de la igualada, pero Hugo González salió del área para cortar la acción. Sólo un par de minutos después, Michael Arroyo, quien llevaba algunos minutos en el encuentro, tomó el balón por la pradera izquierda y sacó un disparo colocado que entró pegado al palo, aunque dio la impresión de que Nahuel pudo haber hecho más.
Los felinos se desmoronaron tras recibir la anotación y América no desaprovechó el momento. Al 86’, Osvlado Martínez convirtió un penalti para sentenciar la Final, poner el 2-1 del encuentro y concretar un contundente 4-1 en el marcador global.