Se sabe que el sismo de mayor magnitud del siglo pasado en Jalisco ocurrió el 3 de junio de 1932 y fue de 8.2, mientras que el registrado el pasado 11 de mayo fue de 4.8, por lo cual, es probable que en un futuro se tenga uno de 6, 7 o incluso uno de 8; así lo manifestó Enrique Mendoza Otero, responsable de la Unidad del Servicio Sismológico Nacional UAA-UNAM y profesor investigador del Centro de Ciencias del Diseño y de la Construcción de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Sostuvo que este temblor es una llamada de atención para Guadalajara, pues el epicentro estuvo a 20 kilómetros al noreste de Tesistán, Jalisco, y la capital jalisciense es una de las ciudades más grandes y con mayor población en el país, con altos edificios, y su tipo de suelo la hace propensa a ser una zona sísmica.
Sin embargo, Mendoza Otero comentó que esto no se traduce en un riesgo latente ni en alarmismo, sino en prevención por parte de las autoridades, centros de investigación y universidades para que estudien y cuenten con procedimientos más expeditos que permitan revisar a fondo los códigos de construcción en las áreas metropolitanas.
Asimismo comentó que derivado de este movimiento telúrico, la Autónoma de Aguascalientes, con la Unidad del Servicio Sismológico Nacional UAA-UNAM, tendrá materia de estudio para proyectos de investigación, además de que se analizará el sismo y se realizará un comparativo de laceración máxima, es decir, la magnitud con la que se sintió en Aguascalientes y posteriormente poder compararlo con lo que se estipula en el código de construcciones del municipio capital.
Con ello, aseveró que la entidad no se encuentra en una zona de alto riesgo sísmico, a diferencia de estados como Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Colima, por mencionar algunas.
Finalmente, el catedrático agregó que la Unidad del Servicio Sismológico Nacional UAA-UNAM registró el terremoto ocurrido el pasado 16 de abril en Ecuador, además de que tiene la capacidad de conocer registros de diversas unidades del país y así, poder contrastar datos para encontrar atenuaciones sísmicas.