Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) alertaron que la intermitente actividad sísmica registrada en el estado de Michoacán podría estar relacionada con el nacimiento de un nuevo volcán.
Durante una conferencia de prensa remota, los investigadores detallaron que recientemente se ha presentado un conjunto de temblores pequeños en la región, que en ocasiones son imperceptibles para el ser humano. Ese fenómeno recibe el nombre de enjambre sísmico.
Explicaron que entre el 1 de mayo y el 8 de junio se registraron 242 microsismos en Uruapan y el corredor volcánico Michoacán-Guanajuato, de los que seis tuvieron una magnitud superior a cuatro. De enero a junio se registraron 305, y en enero de 2020 también hubo enjambres sísmicos. En total se han registrado 4 mil 102 sismos.
El director del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-Costa Rica, Carlos Valdés González, señaló que estos enjambres sísmicos suelen presentarse antes del nacimiento de un nuevo volcán y pueden representar riesgos a la población si se acompañan de otros factores.
Otros de los fenómenos que se presentan antes de una erupción volcánica son actividad sísmica, deformación de terreno, emisión de gases, manifestaciones hidrotérmicas y alteraciones visibles, aclaró.
“La principal pregunta que nos surge es la posible actividad volcánica, porque México es un país volcánicamente activo, especialmente en esa región, donde hay más de mil 200 volcanes pequeños en el llamado campo de volcanes de Michoacán-Guanajuato”, comentó.
El investigador del Instituto de Geofísica (IGf) recordó que, en 1943, luego de una serie de sismos, surgió en esa zona el Paricutín.
“Estos enjambres suponemos que están asociados al movimiento de magma, pero no siempre llegan a la superficie. Estos enjambres aparecieron en 1997, 1999 y 2006, y no llegó el magma a la superficie. Tal vez pasa lo mismo ahora, por lo que es muy importante seguir vigilándolos”, comentó Denis Xavier Francois Legrand, también miembro del IGf.
Luis Antonio Domínguez Ramírez, profesor de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Morelia, recomendó a los habitantes de la zona que estén atentos a las emanaciones de gases que también acompañan al surgimiento de actividad volcánica.
“La emisión de gases es hasta cierto punto fácil de detectar por el olor a azufre, así como las manifestaciones hidrotermales y afectaciones a la vegetación, que se secan cuando recibe temperaturas mayores a las acostumbradas desde el suelo, además de que contamos con el apoyo del Servicio Sismológico Nacional para los movimientos sísmicos”, apuntó.
Los académicos recomendaron mantener una estricta vigilancia científica en la zona y estar pendientes de los mapas de riesgo y las recomendaciones de las autoridades de Protección Civil.