El pontífice instó a las familias a aceptar a los niños que Dios les da
El papa Francisco denunció ayer la práctica del aborto como el equivalente de un programa de la era nazi para purificar la raza e instó a las familias a aceptar a los niños que Dios les da.
Agregó que “en el siglo pasado todo el mundo estaba escandalizado por lo que hacían los nazis para procurar la pureza de la raza. Hoy hacemos lo mismo, pero con guante blanco”.
Francisco refirió, de manera improvisada durante una reunión con una asociación de familias italianas en el Vaticano, que “los hijos son el don más grande” y deben ser “acogidos como vienen, como Dios los manda, como Dios los permite, aunque a veces están enfermos”.
“He escuchado decir que está de moda, o al menos es habitual, en los primeros meses de gestación hacer ciertos exámenes, para ver si el niño no está bien o tiene algún problema. La primera propuesta en ese caso es ‘¿lo rechazamos?’”, lamentó.
Francisco ha repetido la estricta postura antiaborto de sus predecesores y la integró en su condena más amplia de lo que él llama la “cultura de usar y tirar”.
El Papa recordó que cuando era joven una profesora enseñaba lo que hacían en la polis griega de Esparta cuando nacía un niño con malformaciones, que “lo subían a una montaña y lo arrojaban”.
“Y nosotros quedábamos perplejos. ¡Pero cómo se puede hacer eso, pobres niños!. Es una atrocidad. Hoy hacemos lo mismo”.
Las declaraciones del pontífice coinciden con la aprobación, el jueves, en la Cámara de Diputados del proyecto de ley para legalizar el aborto en Argentina, país natal del Papa. Aún falta que se defina el tema en el Senado, sin embargo, se trata del primer debate parlamentario sobre la despenalización en ese país.