El Obispo de la Diócesis de Aguascalientes, José María de la Torre Martín, asegura que la Iglesia Católica de ninguna manera tuvo injerencia en el resultado electoral, ni tampoco es responsable de triunfos o derrotas, y si se adjudica esta situación a la participación de ciudadanos católicos, es lógico porque el 94% de la población profesa esta fe.
Al reanudar las conferencias de prensa semanales, el Prelado se dijo tranquilo y en paz, además que hasta ayer ninguna autoridad legal o electoral le había informado de alguna situación a la que tuviera que responder directamente.
Así pues, la población católica pudo haber sido determinante del resultado tanto a favor como en contra de las elecciones pasadas, pero la Iglesia de ninguna manera condicionó el voto de los feligreses, pues tan sólo se les llamó a asistir a las urnas y ejercer su derecho al voto libre y razonado.
Pero si acaso se insiste en acusar que el voto católico fue determinante en el resultado que hizo perder a la coalición «Aguascalientes Grande y Para Todos», sugirió que se saque el porcentaje de votos tanto a favor como en contra, pero también en la no participación que todavía es más vergonzoso, porque sólo acudieron a votar el 52% de la población y entre el 48% restante también hay católicos y no se ha hecho la pastoral de participación social debida.
De la Torre Martín enfatizó que la Iglesia es tan sólo un ente, y ante quienes aseguran que el Obispo fue el gran elector contestó: «yo sólo hice un voto, no más, en una casilla donde siempre gana el PAN, mi voto no decidió nada, un voto entre 500… cuando ganó don Carlos -Lozano-, los católicos lo eligieron, ¿entonces la Iglesia le favoreció?, habrá que esperar a ver qué pasa dentro de 6 años».
El Pastor Diocesano aseguró que en los templos a nadie se le impidió el acceso y tampoco se condicionó realizar algún servicio a cambio del voto a favor de tal o cual partido o candidato, a todo aquel que lo solicitó se le bautizó, casó, ofrecieron funerales, bautizos, y nunca a cambio del voto «otros sí lo hicieron, los obligaron a cambio del voto a hacer ciertas cosas».
Insistió que los partidos y candidatos deben analizar a conciencia las causas de sus triunfos y derrotas en las que deben incluir la revisión de sus propuestas y sus posturas, inclusive la participación de asesores extraños que vinieron a dirigir campañas como si los candidatos fueran productos de mercado.
Enfatizó que en un país democrático los ciudadanos tienen derechos y los católicos deben asumir su compromiso político-social, pero la Iglesia no les dice por cuál o por quién, insistió.
Puntualizó que en esta ocasión el 52% de la población sufragó, pero el 48% se abstuvo de acudir a las urnas y seguro que entre ellos también hay católicos, «entre los que me acusan hay católicos y los que me acusan son mis fieles, y los que me calumnian son mis fieles, 48% no votaron son católicos y los que me acusan son mis fieles, pero todos si van a misa, rezan por mi aunque no quieran», finalizó.